Generalmente a los caballeros les aburren, pero diría yo que de ellos está hecho el 75%
de la misión exitosa del buen amante.

Hace poco platicaba plácidamente con mi pareja en la intimidad y sin darnos cuenta, después de un rato él me regaló el compartir cosas que había hecho con otras parejas… Que si jugar al Doctor y su paciente… que si fingir ser un alegre desconocido, que si aventarse un rapidín en el baño de la casa de su suegra… y demás puntadas que inyectan a las parejas estables cucharadas de emoción para renovarse, rescatándolos del sexo rutinario que es el peor que existe sobre la tierra.

Es aquel que se hace tan egoísta que olvida que una de las metas principales es: hacer feliz al otro. Las parejas se aburren pues con el paso del tiempo se descuidan y terminan haciéndolo mecánicamente, como una especie de masturbación de un cuerpo contra el otro que pierde todo sentido.

Cuando la atracción y la comunicación se bloquean, se nulifican con quejas cotidianas por ignorancia o por descuido, las relaciones se van deteriorando como una avalancha de situaciones que después se convierten en abismos infranqueables.

Un juego muy interesante es:

El que disfruta pierde
Aplica para ambos sexos y la mecánica es muy simple: Uno de los jugadores actuará como parte activa utilizando todos sus recursos para provocar placer y la otra persona será pasiva. Se trata de hacer una apuesta de cualquier cosa con la pareja. Puede ser una tarea doméstica, dinero, o la promesa de una invitación a alguna parte, contra el reto de que ella o él voluntariamente trate de no llegar al orgasmo porque en ese momento pierde.

El aprendizaje y los beneficios que posee este juego son de incalculables resultados positivos para los dos. Este juego en realidad es un truco y quien hace gozar profundamente y logra que su pareja pierda el control aún deseando no hacerlo, es maravillosamente ganador.

Un abrazo y cariños, Afrodita

PD: Para los que les gusta lo mismo pero en tono ácido, está una película erótica viejita pero bastante buena: “Bitter Moon” de Roman Polanski, 1992