SASSHA, EL REGRESO (Escorts)
La mañana del pasado miércoles 14
me percaté de que Sassha estaba de regreso, poco después le llamé e hicimos una cita para ese mismo dÃa. A pesar de que la conozco de años siempre me sucede que previo a la cita me siento nervioso, como si fuera la primera vez. Desde que llegué al hotel donde quedamos de vernos, una sucesión de maravillosos detalles construyeron una muy linda experiencia, que al momento de escribirla vuelvo a vivir.
Para empezar abordé el elevador que me llevarÃa al piso de la habitación contratada, por una benévola casualidad este se abrió en la planta baja en el preciso instante en que la bella Sassha bajaba del taxi. Detuve el elevador para contemplar su andar. Ella vestÃa una blusita amarilla de tirantes de generoso escote y unos pantalones azul marino, tales prendas delineaban sus excelentes curvas, ahora mucho más pronunciadas gracias a su reciente embarazo. ¡Soberbia, simplemente soberbia!
En voz alta le dije: "Señorita ¿busca a alguien>" Sonrió, volteó hacia mà y subimos juntos, llegando a la habitación tomados de la mano.
Siendo yo muy visual me llené la vista con su presencia, con su sonrisa, con su maravilloso cuerpo que pronto estarÃa desnudo. Mis manos reclamaron su turno y lo que mis ojos ambicionaban, mi tacto lo conquistaba. Mi oÃdo también gozaba escuchando ese acento venezolano que tanto me gusta. Los besos fueron deliciosos, ella se daba cuenta de lo mucho que estaba disfrutando y hacÃa pausas para ver mis expresiones y sonreÃa. Siempre estuvo sonriendo y de buen humor. ParecÃamos novios...
Hacerle el amor a Sassha es una experiencia con múltiples dimensiones, es tierno y en seguida se vuelve salvaje. Ver la expresión de excitación en su rostro mientras me nutrÃa de su sexo con sabor a vida, a nueva vida, aumentaba mi placer. Fueron tres horas increÃbles, infructuosamente trataba de saturarme de ella, besé y acaricié todo su cuerpo, poniendo especial atención en sus senos. Fueron muchas las posiciones en que nos brindamos placer, mi virilidad encontró acomodo en todos sus huecos, incluso en el más estrecho. ¡Delicioso!
En los intermedios, pasábamos de ser amantes a ser amigos al contarnos parte de nuestras vidas, luego éramos niños que jugábamos sin enfado y los gemidos y gritos se transformaban en sonoras carcajadas que llenaban la habitación.
Como todo lo humano, el encuentro, aun sin apresurarse, llegaba a su fin. SentÃa yo un bendito cansancio, sudaba copiosamente pero con un profundo sentimiento de bienestar, paz y felicidad. Mientras nos vestÃamos yo la seguÃa admirando, a pesar del tiempo vivido mi deseo por ella no se extinguÃa.
Salimos juntos y caminamos hacia el elevador tomados nuevamente de la mano. Ella protegió su identidad secreta con enormes lentes oscuros. Cuando el elevador se abrió, salió un hombre joven y sus ojos se abrieron al ver a Sassha e incluso se detuvo para verla hasta que el elevador se cerró. Ella me dijo "¿por qué se te quedó viendo>", contesté "jaja ¿a mÃ>" Su taxi la aguardaba y nos despedimos con un besito.
Creo que ella sabe que guardo un sentimiento especial por ella, agradezco de verdad que siempre esté dispuesta a disfrutarlo conmigo, probablemente le caigo bien. Tantas cosas que ella me inspira...
Un saludo a toda la comunidad de este foro que tiene el propósito de escribir sobre sexo y erotismo, pero que en realidad abarca mucho, mucho más.
El Peregrino for ever.




