Mi amada Mariana (Recomendaciones)
Traducido del NADSAT
¿Y ahora qué pasa eh>
Estábamos, la madre de mis pequeños y yo, Alex, discutiendo acerca del dÃa del padre, de manera unilateral se los llevó para estar con su abuelo, asÃ, tenÃa en el bolsillo algo de dinero y mi teléfono.
Me hallaba vestido de manera muy sport, habÃa ido al gimnasio para sacar el odio, tenÃa ganas de madrearme a cualquier pendejo en algún callejón y verlo nadando en sangre, hacerme el ultra violento contra la maldita enferma y vieja y terminar riendo de ella, pero no hermanos y únicos amigos, a pesar del placer que me darÃa esto algo en mi cabeza me dijo que no es la forma.
Mandé un mensaje a la chica dueña de mis sueños, con quien he hecho el amor varias veces y que conoce al estupido detrás de Alex: mi amada Marianita.
Para ser sinceros, no esperaba respuesta pues esta linda es muy rÃgida en sus horarios, pero ¡oh sorpresa! Responde a mi solicitud de celebrar el dÃa del padre.
Me dirigà al Pasadena y, pacientemente, esperé mientras veÃa sufrir a los Uruguayos contra la furia roja, esto me ponÃa más enojado, pero esa es otra historia.
Al fin de un rato escuhé la puerta de la villa subir, y sus pasos avanzar y subir las ecaleras, abrà la puerta y hermanitos mÃos, todo cambió, ver su sonrisa y sus bellos y tristes ojos, su cabellera callendo sobre sus senos naturales, su delicada y estrecha cintura, sus largas y delicadas piernas naciendo de sus bellos glúteos.
Nos dimos un largo abrazo, yo me llené los pulmones de su aroma, nada escandaloso. Algunos besos suaves y tiernos, caricias a todo su cuerpo y mirándola directo a los ojos.
Este malchico estaba semidesnudo, fiel a mi costumbre de bañarme previo a cualquier encuentro del delicioso in-out in-out, ella se despojó de su camiseta, zapatos y pantalón y se metió a la cama junto a mÃ.
Platicamos un poco mientras las caricias subÃan de tono, sus labios gruesos y su piel tersa hacÃan a mi verga crecer, piel más tersa de lo que mis manos recuerdan, acariciaba sus bellas nalgas y devoraba sus delicados senos, mis dedos jugaban en su vagina y ella se mojaba de manera realmente copiosa.
Los besos bajaron de su boca a su cuello, delicado como el de un venado, sus senos, su abdomen e ingles hasta llegar a su hendidura.
Mi lengua jugaba con los labios y clÃtoris, entraba y salÃa de ella vertiginosamente lo cuál era respondido con contracciones y espasmos, gemidos y ojos turbados por el placer, sentà su primer orgasmo llegar con un tirón a mis cabellos, pero seguà comiendo su vagina hasta que ella me detuvo, acarició mi pene con sus manos, lo restregó contra es hermoso par de senos, me colocó un condón y lo introdujo a su boca.
Cerca de venirme hermanos mÃos, levante su cabeza y respire, la giré me puse sobre ella, para entrar y salir apretando sus piernas, poniendo a prueba su flexibilidad, sus ojos se desorbitaban mientras mi frenesà crecÃa, la besaba, la apretaba y acariciaba, chupaba sus pezones muy levantados y duros, ella murmuraba algo entre gemidos, yo la girba, la jalaba, la cambiaba de posición subÃa sus piernas, las bajaba, las abrÃa, ella me jalaba hacia su cuerpo y me marcaba ritmo y posición.
Algunos gritos como preludio a otro orgasmo me hicieron reventar, pocas veces grito pero esta vez no pude evitarlo, mi pulso estaba muy acelerado y me desvanecÃ, mientras los movimientos involuntarios de ambos continuaban, ella, con lo tierna y linda que es, me abrazó y llenó de caricias.
Mi bella Mariana, tuve ese sentimiento nuevamente, paz y tranquilidad, los deseos de ultraviolencia fueron cambiados por ternura, yo querÃa ser libre de su embrujo pero no puedo, soy débil ante ella.
Seguimos con muchas caricias, algunas palabras y muchos besos, no fue nuestro tiempo, volvimos a coger, adoro sus caderas teniéndola por atrás, jalando su cabello y golpeando sus nalgas, aquà la creatividad fue mayor para terminar en otro orgasmo fuerte y largo, se siente el intercambio de energÃas y es de lo más extraordinario hermanos.
Nos bañamos juntos, nos vestimos y vino la parte difÃcil para este su humilde servidor, la despedida y el regreso a la realidad, ya sin estupido odio, sabiendo hermanos que esa relación solo tiene cabida de esta forma.
Original en NADSAT
¿Y ahora qué pasa eh>
Estábamos, la eme de mis malencos y yo, Alex, goborando acerca del dÃa del padre, de manera unilateral se los llevó para estar con su starrio, asÃ, tenÃa en el bolsillo algo de dengo y mi teléfono.
Me hallaba vestido de manera muy sport, habÃa ido al gimnasio para sacar el rasdro, tenÃa ganas de tolchocar a cualquier cheloveco en algún callejón y videarlo nadando en crobo, hacerme el ultra violento contra la ptsita tembleque y starria y terminar smecando de ella, pero no hermanos y únicos amigos, a pesar del placer que me darÃa esto algo en mi gullivera me dijo que no es la forma.
Mandé un mensaje a la forella dueña de mis snitos, con quien he lubilubado varias veces y que conoce al gronco detrás de Alex: mi amada Marianita.
Para ser sinceros, no esperaba respuesta pues esta debochca es muy gronca en sus horarios, pero ¡oh sorpresa! Responde a mi solicitud de celebrar el dÃa del pe.
Me ite al Pasadena y, pacientemente, esperé mientras videaba sufrir a los Uruguayos contra la furia roja, esto me ponÃa más rasdro, pero esa es otra historia.
Al fin de un rato audie la puerta de la villa subir, y sus pasos avanzar y subir las ecaleras, abrà la puerta y hermanitos mÃos, todo cambió, videar su smeca y sus bellos y tristes glasos, su gloriosa callendo sobre sus grudos naturales, su delicada y estrecha talla, sus largas y delicadas nogas naciendo de sus bellos scharros.
Nos dimos un largo abrazo, yo me llené los pulmones de su vono, nada escandaloso. Algunos potselos suaves y tiernos, caricias a todo su ploto y videandola directo a los glasos.
Este malchico estaba semidesnudo, fiel a mi costumbre de chistarme previo a cualquier encuentro del delicioso in-out in-out, ella se despojó de su camiseta, sabogos y pantalón y se metió a la krova junto a mÃ.
Slovamos un poco mientras las caricias subÃan de tono, sus labios gruesos y su piel tersa hacÃan a mi schalga crecer, piel más tersa de lo que mis rucas recuerdan, acariciaba sus bellos scharros y devoraba sus delicados grudos, mis dedos jugaban en su vlagalishche y ella se mojaba de manera realmente joroscha.
Los potselos bajaron de su rota a su cuello, delicado como el de un venado, sus grudos, su abdomen e ingles hasta llegar a su yama.
Mi yasica jugaba con los labios y clÃtoris, entraba y salÃa de ella vertiginosamente lo cuál era respondido con contracciones y espasmos, gemidos y glasos turbados por el placer, sentà su primer orgasmo llegar con un tirón a mis cabellos, pero seguà munchando su yama hasta que ella me detuvo, acarició mi schalga con sus rucas, la restregó contra es hermoso par de grudos, me colocó un condón y lo introdujo a su rota.
Cerca de venirme hermanos mÃos, levante su golova y respire, la giré me puse sobre ella, para entrar y salir apretando sus nogas, poniendo a prueba su flexibilidad, sus glasos se desorbitaban mientras mi frenesà crecÃa, la potselaba, la apretaba y acariciaba, chupaba sus pezones muy levantados y duros, ella chumlaba algo entre gemidos, yo la girba, la jalaba, la cambiaba de posición subÃa sus nogas, las bajaba, las abrÃa, ella me jalaba hacia su ploto y me marcaba ritmo y posición.
Algunos crichos como preludio a otro orgasmo me hicieron reventar, pocas veces craco pero esta vez no pude evitarlo, mi pulso estaba muy acelerado y me desvanecÃ, mientras los movimientos involuntarios de ambos continuaban, ella, con lo tierna y linda que es, me abrazó y llenó de caricias.
Mi bella Mariana, tuve ese sentimiento nuevamente, paz y tranquilidad, los deseos de ultraviolencia fueron cambiados por ternura, yo querÃa ser libre de su embrujo pero no puedo, soy débil ante ella.
Seguimos con muchas caricias, algunos slovos y bolches potselos, no fue nuestro tiempo, volvimos a polear, adoro sus scharros teniéndola por atrás, jalando su boloso y tolchocando sus scharros, aquà la creatividad fue mayor para terminar en otro orgasmo fuerte y largo, se siente el intercambio de energÃas y es de lo más chudesño bratos.
Nos chistamos juntos, nos vestimos y vino la parte difÃcil para este su humilde servidor, la despedida y el regreso a la realidad, ya sin glupo rasdras, sabiendo hermanos que esa relación solo tiene cabida de esta forma.
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There was me, that is Alex, and my three droogs, that is Pete,
Georgie, and Dim, and we sat in the Korova Milkbar trying to make up for
our rassoodocks what to do with the evening.
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