Puntual y envuelta en ropa diminuta se pone la lenceria para concentrar la atención en su conchita húmeda, bien rasurada, dejando que ambos nos concentremos en disfrutar el dar y recibir placer, gemidos cortos, sus manos tocando y acariciando sus pechos, un momento mágico.

Cambiamos posiciones y ahora es ella quien da placer y me dispongo a disfrutar un oral sin que, sin ser el mejor que conozco, es muy, muy, muy, muy bueno, más aún cuando después de unos minutos se voltea y te dice: “me avisas si vas a terminar” con una voz y una mirada tan cachondas que te requiere un buen control el evitar eyacular.

Después de preguntar si lo coloca se dispone a acomodar el condón en su posición, y montarse en uno dando la espalda, permitiendo gozar esa imagen de su trasero –que es muy apetecible- su espalda y de vez en vez su rostro disfrutando, gozando el momento.

Pasamos a la posición de a cuatro y el espectáculo –especta culo oh si- continúa, embates constantes, movimientos coordinados, maravilla tocando el cielo.

El momento culmina con una exquisita venida que hace gritar y seguirlo disfrutando todavía un momento más, observando su rostro exquisito, y su expresión entre goce y alegría, waauu!!!

Terminamos platicando y duchandonos para terminar nuestras bebidas, despidiendola con un riquisimo beso y un deseo ferviente de volver a disfrutar momentos así…

Saludos y si pueden, gocenla...