Solo Vivian (Recomendaciones)
Traducido del NADSAT
Y asà estaba yo, Alex, habiendo encontrado a mi complemento perfecto, la mujer que hace salir la ultraviolencia en el sexo, en verdad me hizo adicto a ella, como cuando ingiero ese batido de leche especial, nos hemos encontrado varias veces desde que la conocÃ, siempre es diferente, juega mucho y disfruta tanto como yo.
Su risa es contagiosa, a veces inoportuna para mi estructura cuadrada, y para coger no he encontrado a alguien con quien me acople de tal manera.
Se enfermó y estuvo fuera de circulación un tiempo, de repente en contacto por el TT y rara vez por el GüatsApp (por si es palabra prohibida, no crean que soy tan asno), asà que en cuanto supe de su regreso me apronté a buscarla y hacer cita con ella.
Fue en mi hora de comida, mala idea, no habÃa comido y tenÃa más de cinco horas de ayuno, normalmente como cada tres, me bañé, la esperé y, al fin, llegó, abrà la puerta y lo primero que hicimos fue besarnos, ni la puerta cerramos, su bolso y demás cosas cayeron al piso y seguimos en ese contacto labial prolongado, en un frenesà lingual, al fin, respiramos y cerramos la puerta, nos dirigimos a la cama y hablamos un poco.
Las palabras sobraron, ambos necesitábamos sexo urgentemente, nos desnudamos, mejor dicho la desnudé, yo solo tenÃa una toalla, me encanta su cuerpo flexible y natural, sus senos pequeños, su cuello delicado, su vagina húmeda, sus nalgas deliciosas, me hundà entre sus piernas degustando los fluidos naturales y sintiendo sus contracciones ella nunca se guarda un orgasmo, por el contrario busca tener muchos prolongados, el primero llegó y se giró para un delicioso 69, jalando con las manos mi miembro y utilizando su boca para recorrer todo, desde la base hasta la punta, yo metÃa mi pulgar en su ano y devoraba su vagina, llegó un segundo orgasmo, me puso un condón y se subió, salvaje, no ocultaba la falta de sexo y me utilizaba para satisfacerse buju buju, slob slob.
Llegó el tercero y cambiamos, empezamos un nuevo juego, debÃa someterla para violarla, eso me puso como loco, le esposé las manos detrás de la espalda y abrà sus piernas, ella ponÃa resistencia, pero no fue suficiente, jale su cabello para inmovilizarla y entré, sentà su vagina cerrarse para impedir la entrada de mi verga dura, esa sensación de presión y resistencia era demasiado excitante y entré, levante sus caderas para entrar y salir rápidamente, ella solo me decÃa “asÃ, asÃ, no te detengas”, “si te detienes te lo corto” y frases parecidas, yo estaba a punto de venirme, pero eso la dejarÃa a la mitad asà que respiré, la vi terminar y dejarse ir, un beso interrumpió nuestros jadeos.
La liberé de las esposas y seguà besándola, lamiendo todo su cuerpo, pegándome a sus senos y metiendo mis dedos a su vagina empapada y excitada, me pegué a su cuerpo por detrás y talle mi miembro contra sus nalgas, apretando sus piernas y asfixiándola un poco, besos, caricias, cachondeo, me sentÃa cansado, un poco mareado y sediento.
Bebà un poco de agua y regresé, la bella Vivian me esperaba, me dio un poco de tregua y hablamos un poco, sin embargo no duró mucho, su cuerpo me llamaba, su sexo me atraÃa, su boca me devoraba, me mordÃa y empezamos nuevamente; “LastÃmame” me pidió.
AquÃ, hermanos y únicos amigos, sucedió algo que no supe cómo llevar a cabo, pese al gusto por la ultra violencia, de disfrutar ver la sangre correr, de divertirme al utilizar una cadena para golpear a cualquier viejo, no podÃa lastimar a una niña tan linda como Vivian, intenté morderla, golpear sus nalgas o jalar el cabello, pero no terminé por lastimarla.
Ella, notó la dificultad que esta tarea me significaba y dejó de pedirlo continuamos, ya sin el sexo violento, con un sexo salvaje y completamente carnal, al fin terminé junto con ella, ya no tenÃa fuerzas, estaba cansado, sediento y con hambre.
Estuvimos más de una hora de pura acción y aun asà vi a Vivian con hambre, pero yo, sinceramente, ya no podÃa.
Con esa dulzura que Dios le dio me guio a la regadera y nos aseamos, mientras nos vestimos pudimos platicar un poco y salimos juntos de la habitación, ella abordó su taxi y la vi alejarse, una vez más una gran experiencia.
Original en NADSAT
Y asà estaba yo, Alex, habiendo nakhodeado a mi complemento perfecto, la filosa que hace salir la ultraviolencia en el poleo, en verdad me hizo adicto a ella, como cuando piteo ese batido de moloko especial con synthemesco, nos hemos nakhodeado bolches veces desde que la conocÃ, siempre es diferente, igrata bolche y disfruta tanto como yo.
Su smeca es contagiosa, a veces inoportuna para mi estructura cuadrada, y para polear no he nakhodeado a alguien con quien me acople de tal manera.
Se puso bolnoya y estuvo fuera de circulación un tiempo, de repente en contacto por el TT y rara vez por el GüatsApp (por si es slovo prohibido, no crean que soy tan asno), asà que en cuanto supe de su regreso me apronté a buscarla y hacer cita con ella.
Fue en mi hora de muchar, maluola idea, no habÃa munchado y tenÃa más de cinco horas de ayuno, normalmente como cada tres, me chiste, la esperé y, al fin, llegó, abrà la dver y lo primero que hicimos fue potselarnos, ni la dver cerramos, su bolso y demás vesches cayeron al piso y seguimos en ese contacto gubal prolongado, en un frenesà yasikal, al fin, respiramos y cerramos la dver, nos dirigimos a la krova y goboramos malenco.
Los slovos sobraron, dvo necesitábamos unodos urgentemente, nos nagamos, mejor dicho la nague, yo solo tenÃa una toalla, me encanta su ploto flexible y natural, sus grudos malencos, su schiya delicado, su vlagalishche húmeda, sus scharrosdeliciosos, me hundà entre sus nogas munchando los fluidos naturales y sintiendo sus contracciones ella nunca se guarda un orgasmo, por el contrario busca tener bolches prolongados, el primero llegó y se giró para un delicioso sixty-nine, jalando con las rucas mi chlen y utilizando su rota para recorrer todo, desde la base hasta la punta, yo metÃa mi pulgar en su ano y munchaba su vlagalishche, llegó un segundo orgasmo, me puso un condón y se subió, salvaje, no ocultaba la falta de sexo y me utilizaba para satisfacerse buju buju, slob slob.
Llegó el tercero y cambiamos, empezamos un nuevo igrat, debÃa someterla para violarla, eso me puso naso, le esposé las rucas detrás de la espalda y abrà sus nogas, ella ponÃa resistencia, pero no fue suficiente, jale su boloso para inmovilizarla y entré, sentà su vlagalishche cerrarse para impedir la entrada de mi chlen dura, esa sensación de presión y resistencia era demasiado excitante y entré, levante sus scharros para entrar y salir rápidamente, ella solo me slovava “asÃ, asÃ, no te detengas”, “si te detienes te lo corto” y frases parecidas, yo estaba a punto de venirme, pero eso la dejarÃa a la mitad asà que respiré, la vidie terminar y dejarse ir, un potselo interrumpió nuestros jadeos.
La liberé de las esposas y seguà potselandola, lamiendo todo su ploto, pegándome a sus grudos y metiendo mis dedos a su vlagalishche empapada y excitada, me pegué a su ploto por detrás y talle mi puscha contra sus scharros, apretando sus nogas y asfixiándola un poco, potselos, caricias, cachondeo, me sentÃa cansado, un poco mareado y sediento.
Pitie un poco de agua y regresé, la bella Vivian me esperaba, me dio un poco de tregua y goboramos un poco, sin embargo no duró mucho, su ploto me llamaba, su sexo me atraÃa, su rota me devoraba, me munchaba y empezamos nuevamente; “Brodeame” me pidió.
AquÃ, hermanos y únicos amigos, sucedió algo que no supe cómo llevar a cabo, pese al gusto por la ultra violencia, de disfrutar ver la kroovy correr, de divertirme al utilizar una usy para tolchocar a cualquier starrio, no podÃa bredar a una forella tan linda como Vivian, intenté muncharla, tolchocar sus scharros o jalar el boloso, pero no terminé por bredarla.
Ella, notó la dificultad que esta tarea me significaba y dejó de pedirlo continuamos, ya sin el sexo violento, con un sexo salvaje y completamente carnal, al fin terminé junto con ella, ya no tenÃa fuerzas, estaba cansado, sediento y con hambre.
Estuvimos más de una hora de pura acción y aun asà vidie a Vivian con hambre, pero yo, sinceramente, ya no podÃa.
Con esa sladquina queel Gran Bogo le dio me guio a la regadera y nos chistamos, mientras nos vestimos pudimos goborar un poco y salimos juntos de la habitación, ella abordó su taxi y la vidie alejarse, una vez más una gran experiencia.
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There was me, that is Alex, and my three droogs, that is Pete,
Georgie, and Dim, and we sat in the Korova Milkbar trying to make up for
our rassoodocks what to do with the evening.
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