Sobre andar con escorts. Parte 2 (General)
Caso 3. Otra, de la misma agencia.
Situación muy parecida a la anterior, llegó una chamaca muy puerca y atascada. Me dio su tel personal y yo lo perdÃ. Para volver a verla, llamé a la agencia. Cuando llegó al hotel me vió con cara de qué pendejo, te voy a tener que cobrar. Le pusimos con enjundia y al final le di un ride porque éramos medio del rumbo. Aquà la situación fue más dispersa. Aquélla andaba y tronaba con su peor es nada, un dÃa sà y otro también. No tenÃa tanta disposición y parecÃa medio encabronada con la vida. Pasé por ella un dÃa al metro para cenar sushi en mi casa y acabamos cogiendo más o menos regular. Otro dÃa salimos a comer y a echar tragos con una amiga suya. Al final las dejé en un antro regular y me fui. Otra ocasión me invitó a un bautizo en San Miguel de la Chingada, un barrio medio de la verga en Atizapán. El festejo no estaba del todo mal pero yo querÃa tirármela y ella querÃa seguir su fiesta. Aquà no va a pasar nada, asà que me fui a ponerle con el caso número 1. No le volvà a hablar y después, para variar, no encontré el teléfono. La hubiera podido contactar buscando sus datos en internet pero pues creo que no tenÃa realmente interés.
Caso 4. Una chamacona de medio tiempo
Es un caso del año pasado. La conocà por un clasificado de una página y me llamó la atención porque el anuncio apareció una sola vez. Apunté el número y tardé unos meses en llamarle. Me sorprendió que al contacto por whatsup (en la época que conocà a las anteriores todavÃa no existÃa la aplicación o estaba en ciernes) respondió con gran interés, hasta me hizo un descuento para que me animara. Cogimos de lo lindo y me contó lo que todas, que tenÃa pobemas ecónomicos y que con su chamba normal pues no la hacÃa. Nos vimos unas tres o cuatro veces más con el respectivo pago de sus emolumentos y nos empezamos o me empecé a emocionar. De plano sentà que me empezaba a traer ligeramente de nalgas y hasta le vÃa potencial para algo más en serio, jajaja. Total, un dÃa nos vimos para comer y echar café y anduvimos como novios de prepa. Seguimos whatsapeando con asiduidad pero entre sus pedos personales y otros factores, no se concretaban las citas para el box spring, claro ya no fluÃa la feria. Finalmente, después de un par de semanas nos pudimos ver para ponerle. Volvió a pasar otras semanas después, pero aunque le ponÃa de lujo, siempre andaba corta de tiempo y con preocupaciones. Yo le insistÃa para vernos, ir a comer, hacer cosas juntos, pero cada vez el asunto se ponÃa más distante. Siempre me decÃa que sà pero no cuándo. Al final, no me contestaba ni los whats. Pues adiós y tan tan.




