Lamentablemente en nuestro país, el hecho de que las escorts bajen el precio de sus servicios va a tardar en verse realmente reflejado por dos motivos, el orgullo y la presunción.

El orgullo de algunas escorts que, a sabiendas que en estos días no todos los clientes tienen ya para echarse un brinco extra y prefieren racionar el dinero, continúan sin dar promos ni añadir calidez a su servicio, pues saben que siempre habrá alguien que pague lo que ellas solicitan o de perdida comprarán su pack sin invertir mucho esfuerzo.
Ellas sólo se quejan de nadie les contrata, sólo bloquean pero no dan alguna alternativa o solución. Algunas prefieren da un servicio de 2 mil pesos y no dos de 1500, porque tienen que implicarse más en todos sentidos.
Como ellas dicen, o bien vendido o bien podrido.

Por otro lado, está la presunción de algunos clientes que prefieren conservar el estatus o apariencia con los amigos o continuar con la impresión de adinerado con algunas escorts para conservar o rescartar una relación que les permita ciertas "prácticas exclusivas" que no ofrecen a todos sus clientes. Ellos seguirán pagando lo que sea porque quieren y aun pueden.