Es tan mÃa esa hora, que no quisiera compartirla con la profundidad que la disfrute.
La imaginación estaba al máximo en la espera de la soledad y silencio del cuarto, mi corazón casi se detuvo al escuchar golpear suavemente la puerta, respire profundamente y abrà la puerta, me saludo con un beso en los labios y quede estático, escuche su voz decir algo, pero mi cuerpo se habÃa quedado inmóvil, extasiado por sentir esos labios húmedos tan deseados, sobre los mÃos, mis labios sorbieron el sabor de su boca y su néctar.
No se si fue ella o yo quien menciono la idea de tomar un baño juntos, como precaución por esta pandemia, yo habÃa tomado ya un baño al llegar pero no podÃa dejar esa oportunidad de enjabonar y limpiar ese cuerpo deseado por mi.
Toque todo lo tocable con el jabón en mis manos y ella hizo lo propio con mi amigo, pasar mis manos por su epitelio sin deformación alguna, sus ojos bellos cuando mis dedos jugueteaban por sus partes pudendas, veÃan a los mÃos con una lujurÃa entre inocente y de picardÃa.
Con la falsa excusa de ayudar a secar su cuerpo, abuse de mi posición para pegar mi miembro en sus nalgas paraditas e iniciar un cabeceo en su trasero y entre pierna, ya se sentÃa que ambos empezabamos a lubricar, voltie su cuerpo empezando a comer sus senos pequeños pero riquÃsimos, su boca, cuello y vientre los llene de besos, hasta el hartazgo.
Ella es muy ligera, delgada y manejable, facilmente la lleve a la cama sin dejar de besarla y acariciar su cuerpo, con suavidad la recosté dejando sus piernas fuera de la cama, abri su piernas, me incline y disfrute de su clÃtoris, labios mayores y menores, casi de inmediato apreto mi cabeza con sus piernas y sus manos se intercambiaban presionando mi cara contra su vagina y con la otra se frotaba los senos, en pocos minutos alcanzó un orgasmo, las contracciones de todo su cuerpo lo anunciaron y un ligero sudor perlo su frente.
Nuevamente sus ojos me miraron fijamente y sin decir nada se hincó frente de mi e inicio un profundo y húmedo oral, la tuve que detener o hubiera llenado su boca con mi semen, le pedà colocara el condón, la penetre suavemente pero con firmeza, queria sentir poco a poco sus pliegues vaginales y el calor que ella tenÃa en su vagina.
Después de un rato cambiamos a varias posturas, hasta que la puse de perrito y alcance la gloria con las contracciones de su vagina, me recoste a su lado mi respiración era muy agitada, la abracé y se refugio en mi pecho, cual novia enamorada, permanecimos unos minutos en esa posición, creo que tal vez hasta me dormà un momento, sono mi teléfono y me regreso a la realidad, tenÃa que volver al trabajo, no tuve oportunidad de un segundo round.
Un baño rápido pero con besos y risas de ambos, salimos y regresamos a nuestras rutinas cada uno por su lado, el encanto habÃa terminado, solo me quedaba el recuerdo del perfume natural de su piel, de sus feromonas y de sus jugos tan especiales.
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