Si no me falla la memoria era un viernes por la tarde cualquiera en aquella normlidad pre-COVIDiana, una semana pesada y por fin mi descanso en puerta, mi casa esperándome a llegar pero un sentimiento de desestrés y lujuría inundan mi cabeza y tomo rumbo hacia la costera del amor con la esperanza de encontrar algo en qué descargar el “estrés” del trabajo, salgo de una de las calles aledañas a Tlalpan y empiezo a recorrer la zona puteril empezando por el famoso Burguer King, adelante en la esquina de una óptica se ve un par de prositutas corrientes, no llaman mi atención, llego a la excarpa Astros y no veo más que otro par de prostitutas cis que no llaman mi atención, continuo mi marcha con la ansiedad de poder encontrar algo digno a fuera del hotel Condesa pero al llegar confirmo “de noche todos los gatos son pardos” y veo una traviesa con cuerpo espectacular pero una cara que exponía su verdadera naturaleza y el pasar de los años, sigo por la lateral pasando por la clínica y veo un par de cisgénero que me hacen recordar el porqué empecé a frecuentar más a las trans, deplorables, llego a la esquina y tomo la calle de Rameras y encuentro a la ya nombrada y vieja Miroslava, los años y la edad son notorios, decido dar un par más de vueltas esperando el “cambio de turno” de las callejeras y al rededor de las 5:30 pm lo inesperado sucede.

Al llegar a la esquina donde se encuentra el ciber café veo una figura despampanante entre las jardineras aminoro la marcha para ver a detalle y me parece reconocer un rostro pero el tránsito me obliga a seguir la marcha, la nena en cuestión nota mi atención pero no expresa nada, doy la vuelta para tratar de confirmar mis sospechas pero en esta segunda vuelta veo que ya tiene una fila de dos autos, el primero ya preguntando y ella en modo de diva dando los detalles a distancia mientras el segundo espera con ansías su turno atrás, yo paso al lado y creo confirmar en un 90% el rostro, por el retrovisor veo que el primer conductor no se lleva a la nena y el segundo toma su turno, cruzo los dedos porque no me ganen a la presa y doy la vuelta, regreso y afortunadamente tengo mi oportunidad, freno a su altura bajo el vidrio y si, es quien creía que era, la saludo y a distancia me hace un gesto como de “qué quieres” trato de ser cortés y no tan directo preguntando como esta y me empieza a dar los detalles así que decido aclarar mis dudas, ella acerca el oído sin moverse de su lugar pues estúpidamente está escuchando música con un solo auricular en su otro oído, me inclino al asiento del copiloto y le hablo un poco más fuerte pero no lo suficiente para lograr se acerque y lo logro, se acerca y le pregunto mis dudas, me confirma todo y aclaro el precio y sin titubear le digo si, noto pone un gesto un poco “sorprendida” y se sube, subo el vidrio y le digo si le molesta pongo el aire acondicionado pues el sol está fuerte y hace calor, eso bastó para romper el hielo y empezar una plática amena, me dirige al ya conocido por todos coliseo de los mudos, poco a poco la plática es más agradable hasta llegar a la cochera, nos bajamos, le pago a la mucama mientras ella entra a la habitación, tomo mis cosas del auto y entro a la habitación mientras veo ella ya me espera sentada en el borde lateral de la cama me siento en la parte baja del potro del amor y continuo la plática que traíamos en el auto, el tiempo pasa y la plática es ciertamente satisfactoria al grado que ninguno de los dos hace contacto alguno o muestra interés por empezar el servicio pero en mi las ansías y el cansancio empiezan a invadir mi cuerpo y es mi señal para empezar poco a poco así que sutilmente empiezo a acariciar ese hermoso par de piernas mientras hablamos, a ella no le importa y responde con una sonrisa mientras hace lo propio empezando por mis brazos, poco a poco las palabras cambian de caricias a besos y cuando menos lo espero ya nos encontramos en lencería frente a frente, recorro esa piel tan tersa y femenina con mi boca la cual responde erizandose, la volteo para seguir deleitándome con esa vista de su enorme trasero y beso y muerdo sus nalgas poco a poco, despacio y un poco más fuerte, de reojo veo su rostro con los ojos cerrados y la boca abierta, el placer está plasmado en él, sus gemidos suaves lo confirman, es momento de subir de tono, abro sus nalgas y veo un ano perfecto, lo quiero devorar inmediatamente pero prefiero hacerla desearlo, así que lamo y beso la periferia y ella contrae sus nalgas pero no me cohibe nada, dejo caer saliva en él y le doy una lamida rápida, ella incorpora su tronco y me jala para empezar a besarla por detrás cual amante mientras con mi calzón aún puesto y erección plena le doy unos arrimones, continuo y decido es momento de probar ese ano el cual no tiene sabor pero es una delicia, ella se empina y abro completamente sus nalgas para comérmela completa cual niño pequeño con tazón de cereal, paso a su espalda y pechos y me jala para volver a besarla, es el momento, me pasa un condón me lo pone con la boca con maestría y empieza a hacerme un oral digno de… digno de ella, me voltea a ver con mi falo en su boca con una mirada que busca mi aprobación, ahora yo la jalo del cuello para besarla mientras le doy una nalgada y me la pego con un buen agarrón de nalga, la acuesto boca arriba, regreso a lubricar su ano con mi boca y me alíneo para poco a poco ir entrando ella echa su cabeza para atrás a la vez que con los ojos abiertos al igual que la boca gime y me jala con ambas manos de mis muslos, exagerada, mi tamaño es promedio pero el deseo en ella ya estaba en su punto y anhelaba esa sensación, la embisto alternando tiempo y velocidad, me salgo y entro por completo para ver ese gesto nuevamente pero me pide no salirme, hago caso omiso y me vuelvo a salir para entrar precisa y fuertemente a la vez que abre la boca y le planto un beso para apagar su gemido, me aprieta con la boca, le ladeo las piernas e incorporó para verme en el espejo, sigo así para después ponerla en cuatro pero sin salirme de su ano, me subo en ella, me canso y la embisto mientras con mi mano derecha la agarro del hombro y con la izquierda le jalo el brazo, me voltea a ver y busco besarla y ella hace lo mismo, siento la sensación aproximarse poco a poco, decido regresar a la posición incial pero la sensibilidad ya esta en su punto, no aguanto más y termino dentro de ella, lanzo un gemido de satisfacción y ella me busca la boca, no puedo besarla y sigo bombeando, termino me acuesto en ella con un tanto de sudor en mi torso que al contactar con su pecho me disculpo y retiro inmediatamente a la vez que busco salirme, no quiero mojarla pero ella me jala de los muslos evitando me salga y me jala de la espalda para besarme cual amantes sin importar el sudor, estamos así un breve momento, me incorporo, busco una toalla y se la acerco, ella agradece, continuamos platicando como si fuéramos viejos conocidos y ella no lo sabe pero no es la primera vez que nos vemos y decido no hacérselo saber, transcurre el tiempo y siendo empático pienso que le estoy quitando tiempo y dinero y decido despedirme, le ofrezco regresarla a su punto pero me dice se regresa caminando, ella sale primero y en lo que recorro la cortina y salgo de la cochera la topo en la misma entrada del hotel, voltea por la ventana del copiloto, y nos despedimos con una sonrisa.

Tiempo después volví a pasar y la volví a ver en esa esquina, me aproximo y al bajar el vidrio empieza con la misma actitud de diva a darme los detalles a distancia con un audífono puesto, me inclino al asiento del copiloto, le sonrió a la vez que la saludo, me ve y me reconoce, su gesto cambia inmediatamente y me dice un hola mientras se acerca, le pregunto si igual que la vez pasada y asienta con un gesto coqueto, nuevamente el encuentro fue muy similar pero más íntimo en cuanto a la plática, bien dicen que la suerte es la combinación perfecta de la oportunidad y la experiencia pero ¿quién podría tener tanta suerte con una actriz porno como ella? Los días pasan, la pandemia llega y el confinamiento es inminente y en una noche de ocio e insomnio veo su video, vaya dicha la mía.