Una teen al mediodÃa III: La chica de los shorts (General)
Tercera y última parte de mi relato sobre Ahini, una teen de 22 años con un par de nalgitas bien paraditas y redondas, la cuales uno no puede dejar de sabrosear y nalgear, sobretodo cuando la ve uno en shorts estilo sport, pero de eso ya hablaré más tarde. De senos pequeños pero mordisqueables y piernas torneadas que se disfruta de besar conforme las va recorriendo uno. Ahini, es la chica bonita, buen pedo, de la prepa que uno se quiere coger. Y su actitud hacia uno es muy cariñosa, se porta como si fuera tu novia. En una reseña en el foro, un compañero de batalla escribió que sentÃa que Ahini no tenÃa experiencia por la cuestión de que no se movÃa ella por su cuenta, pero debo decir que más bien, siento que ella es de esas chicas que disfrutan de adaptarse a lo que uno quiere. Se nota que le gusta coger. Ya para finalizar esta parte del texto, debo decir que en esa misma lectura, el compañero reconoció que su oral es muy bueno, hasta el punto en que, al igual que su presentador, le hizo un excitante facefuck que terminó en la boca de nuestra lolita. Sin más, continuó con el relato.
Con la televisión prendida en un canal porno, mi hermosa Ahini y yo nos pusimos a charlar sobre el tema. Me comento que durante un tiempo con la pandemia, se dedico a vender contenidos eroticos. Mientras me platicaba sobre eso, con su mano izquierda acariciaba mi pene. Conforme pasaban los minutos, y el porno se iba poniendo más intenso, y ella me comentaba que le exitaba además de la forma en que me masturbarba, volvà a calentarme. Le propuse darnos un baño para relajarnos pero también porque querÃa acariciar ese juvenil cuerpo debajo del agua. Nos metimos a la regadera y mientras el agua caà sobre nosotros, comencé a recorrer su cuerpo con mis manos mientras nos besabamos. Una vez que tuve en mi posesión su culito mojado, mi diablo interno hizo de las suyas y le dio una serie de nalgadas, al inicio algo leve pero conforme me fui prendiendo, y obviamente preguntándole a ella, fui subiendo la intensidad hasta dejarlas rojas. Entre besos y risas, le pedà que se masturbarba frente a mi. Con algo de dificultad, mi teen se daba placer con una mano mientras que con la otra me jalaba la verga. Decidà ayudarla metiendo mis dedos en su cuevita humeda y conforme iba avanzando, sus gemidos aumentaban. En eso, me dice "¿quieres cogerme aquÃ?". Me quedé pendejo ante la pregunta, por un lado si querÃa dármela ahÃ, ya que disfrutó de hacerlo en la regadera, por otro lado, se me olvidó el condon. En lo que pensaba las cosas, ella tomó la iniciativa y volvió a masturbarse. Prendido, le pedà que me hiciera su especialidad: el oral. No tarde nada para volver a hacerle garganta profunda, para que luego ella comenzará a succionar mis huevos de excepcional manera. Le pregunté ahora yo, si querÃa que nos regresaramos a la cama a coger. Ella hizo un gesto de afirmación mientras continuaba lamiendo a mi amigo como si fuera una paleta.
Una vez en la cama, me puso el preservativo con la boca, no sin antes volver a relamer cada parte de mi verga con su pequeña lengua. Acto seguido se pego de nuevo a mis huevos y siguió masturbandome con la mano. Cabe decir, que mis gumaros quedaron totalmente cubiertos por su saliva.
Nos pusimos en la posición de misionero, pero por alguna razón no logré acomodarme para penetrarla de manera correcta, por lo que cambiamos a perrito. La coloque en una de las esquinas de la cama y sin tregua entré en las entrañas de mi veinteañera. Con el porno en la televisión y ella gimiendo por cada embestida que le daba, decidà aumentar la velocidad para luego bajar y asà sucesivamente. Para calentar más las cosas, comencé a masturbarla, y con eso fue más que suficiente para que ella empezará a tener una serie de orgasmos. Con mi mano libre, la volvà a tomar del cabello. La imagen de ella en esa posición, más el sonido de su placer combinado con sus contracciones por los orgasmos, provocó que explotara de nuevo dentro de ella. Los dos sin aliento, nos quedamos en esa posición. Bese su espalda y le agradecÃ.
Exhausto y sudado, me tire en la cama boca arriba mientras ella se iba a dar un baño. Verla bañarse desde el espejo del tocador me hizo sentir como si estuviera viviendo una pelÃcula de Emmanuel, de las clásicas, no las de Golden Channel.
Salió y comenzó a prepararse para su siguiente cita. La ropa que se puso fue un short deportivo que apenas cubrÃa sus nalgas y un top, fue en ese momento que me di cuenta de mi error. Porque en el instante en que la vi vestida de esa forma, mi calentura regreso al 1000. Aunque me habÃa puesto de nuevo el pans sin bóxer, eso no detuvo a mi amigo para ponerse de nuevo en pie de batalla. Me acerque a ella y le comenté que se veÃa divina y que me estaba calentando de nuevo. Le pedà si podÃa tocarla mientras se seguà arreglando frente al espejo y ella muy amablemente me dejó. Primero le di un par de nalgadas para luego meter mano por debajo y acariciar su coñito, el cual se dibujaba de manera increÃble sobre el short haciendo un camel toe. Acto seguido procedà a darle unos arrimones mientras ella terminaba de pintar sus labios. El labial que se puso me encantó y por unos segundos pensé pedirle que me hiciera de nuevo una mamada para que me dejará el pene con el color de ese labial. Me sonrÃe y me dice que ya se tenia que ir. Le agradezco y nos damos un último beso. La veo salir y la sigo con la mirada conforme avanza por el pasillo con ese atuendo. Cierro la puerta y suspiro. Regreso a la cama para descansar un rato antes de darme otro baño e irme, cuando escucho que tocan a la puerta. Abro y para mi sorpresa Ahini esta de vuelta, me dice que se me olvidó pagarle. Me sentà cómo un imbécil, con todo y que le habÃa preguntado si no le faltaba algo antes de irse. Me disculpe y le di su pago. Ella no se molesto, ni nada. De hecho, incluso antes de volver a marcharse me dejo volverlé a dar un par de nalgadas, les juró que verla con shorts me hizo sentir como chavito de secundaria que miraba a sus compañeras en el uniforme de educación fÃsica.
Se volvió a ir y de nuevo la mire alejarse mientras pensaba en las enormes ganas que tenÃa de tomarla y cogerla en el pasillo mientras nos besabamos.
En fin, hasta aquà termino el relato de Ahini. Pronto espero volver a estar con ella, de hecho he intentado hacer cita pero por una serie de eventos desafortunados no se ha dado. Pero cuando suceda, les contaré de nuevo.
En esperar de que hayan disfrutado de estos relatos, les deseo buena noche y buena suerte.
Atte
Mr Oizo




