Este año ha sido medio raro. De entrada, una de mis favoritas, Vanessa, colgó la tanga por el amortz. La Diabla me encanta pero coincido con algunos que es un PEDO acordar con ella. En general, he recurrido a las de confianza Devora, Marjorie y Liz pero encontré una veta en las morras ocasionales porque no están al 100 (como las godínez de Karen y Emilia) y no se anuncian o lo hacen a través de otra morra que sí está más metida.

Aquí les van las anécdotas.

1.- Las amigas del Azteca.

Así les llamó por la zona en que andan.Un día buscando en Twitter traté de localizar a la chava sin éxito. Pero en una de las fotos decía, mi amiga andará disponible. Le llamé y en menga chinga contestó. No se anuncia y no trabaja al 100, mesereaba pero con la pandemia no hay jale. Como que tiene una cartera con uno que otro conocido. El palo estuvo dos tres, con una chava normal. Lo interesante vino después porque me recomendaba a sus amigas y ahí hubo de todo.

Una chavilla súper bonita con buen cuerpo, 19 años, mamá soltera como muchas, resultó no tiesa, lo que le sigue. No más me la cogí porque ya estaba ahí. Luego una morena desmadrosona que con unas frías se pone caliente. El primero palo muy bien, la segunda ocasión como desganada. Se desinfló el turrón.

Pero la tercera que me presentó fue un garbanzote de 2 kilos. Nunca había chambeado, creo que ni en trabajos normales. Nos fuimos los 3 a desayunar para platicar y que entrara en confianza. Alta, bonita y encuerada en cuerpazo y le encanta la riata. Cuando la veo, paso por ella cerca de su casa y también la llevo de regreso. Excelente servicio.

No siempre se puede decir que te has cogido a todo el grupito de amigas.

2. La cuñada

Hace ya bastante tiempo la Zumba Girl me recomendó a otra morra que trabajaba de repente. Una morena de pelo chino riquísima pero pésima pa' coger. El día que la conocí llegó cruda de chupe y perico a bañarse. Todo mal pero me ha hecho buenas recomendaciones. Primero me presentó a Shantal. Luego me recomendó un lugar que está como a 10 cuadras de mi cantón y ahí conocí a una flaca tatuada. Le pregunté ¿Vives por aquí? Sí, como a 10 minutos. Mejor te veo por fuera. Claro. Resultó que vivía a 7 minutos de mi guarida. Le llamaba y le preguntaba ¿tienes tiempo ahorita? Sí, va o al rato a tal hora. Pasaba por ella a la esquina y directo al teatro de operaciones. Duró poco porque colgó la tanda. Se enamoró, arrejuntó y decidió portarse bien y quedarse sin dinero propio.

Pues la flaca tiene una Cuñada en apuros con la que hizo algunos tríos pero que tiene claro que no se va anunciar. Me habló de ella y me dijo, vive muy lejos, por Toluca, pero le urge la feria. Un día de la nada, me llama la Flaca y me dice que la Cuñis está en su casa que qué onda. Voy volando. Resultó ser una morena, ni bonita ni fea, simpática en la plática. Llegando a mi centro de operaciones se desató un huracán, se ve que le urgía coger. Nos hicimos cuates. Sí vive lejos pero no hasta Toluca. Cuando le cae a Naucalpan, salen chispas.

Ya ven como las redes y las recomendaciones conllevan oportunidades.

3. La argentina bi

Esta es semiprofesional. La encontré en un anuncio de mileroticos pero atiende en su casa por El Globo de la Coruña; están los perros, los trastes, la ropa. Es una güera de cabello castaño, piernotas, nalgotas, busto chico pero con pezón rosita, besucona, buena onda, pero fachosa. Buen palo y eso que es más lesbiana y vive con su vieja. O eso dice.

El día que la conocí había un sesto con los calzones sucios y pude deleitar mi olfato, mientras ella iba por unos vasos de agua.

Es bastante variable en su disponibilidad.

Tigran Petrosian
Amigo y líder