Bueno, las técnicas de escape son efectivas o no en función de su verosimilitud. Si das un pretexto que resulte increíble, por más que quieras escaparte, simplemente no vas a poder.
¿Cómo construyes un pretexto verosímil> Eso depende de cuánta credibilidad tengas con tu domadora. Si no cree en ti, ningún experto podrá darte un consejo útil para que te escapes. Si ella sabe además que te estás escapando y para qué, entonces no tiene sentido dar un pretexto (ahí, en todo caso, lo que funciona es el cinismo). En cambio, si se cree todo lo que le digas, entonces cualquier pretexto es bueno. Así pues, como dice mi padre, el gran Ninguno, dar consejos no tiene sentido: los listos no los necesitan y los tontos no los escuchan.
Además, los pretextos tienen que estar a modo al tipo de escapada que planeas ¿quieres un pretexto para salirte el sábado en la tarde por tres horas o uno que te permita no volver en toda la noche> ¿Necesitas el pretexto que te sirva para explicar porqué llegaste a deshoras y con aliento alcoholico> ¿Uno que expliqué porqué si vas al trabajo tomas por otro rumbo>
Sin embargo, si de pretextos se trata, algo se podrá decir, por supuesto. Y como todo en la vida, los más simples son los más efectivos. Ve a donde quieres ir y antes de meterte al hotel llámale y dile “Mi amor, se me descompuso el coche, parece que el prolegómeno radial anda chorreando ranitidina. Estoy en el taller, dice el maestro que ahorita, en unas horas, me lo arregla”. Con lo que tienes uno de los pretextos más socorridos del mundo. Si luego necesitas justificar los tragos, dile que te metiste a comer a la cantina de al lado del taller y ni modo, la cuba era obligada. La bronca aquí es que ella te diga: “Pero mi cielo, si ni siquiera tienes coche….”
Los otros son los que utilizan el trabajo y sus características como pretexto: “Amor, el jefe quiere que me quede a terminar el informe y la presentación, dice que es para mañana, por lo que no me esperes despierta”. En estos casos, procura prever su respuesta: “Pero gordito, tú eres el portero del edificio ¿cuál informe>”
Los que tienen trabajos que los obligan a viajar son los más afortunados. Si es tu caso, no permitas nunca, pero nunca, que tu esposa se comunique con la secretaria que tiene la agenda de viajes. Así, tú podrás estar de viaje en Tlalpan mientras tu mujer te cree en Los Cabos. Acuérdate lo que le pasó a Mr. Increíble (que andaba haciendo un 69 con la platinada de Miracle) cuando Elastigirl llamó a la compañía de seguros preguntando por el cuarto de hotel donde se hospedaba.
Lo otro es que, por favor, no hagas toda una historia alrededor del pretexto, eso te va a llevar a inconsistencias que luego te van a delatar o, al menos, hacer sospechoso, suéltalo como explicación por sí mismo. Los buenos pretextos son tautológicos. Lo peor que puedes hacer al construir un pretexto es inventar un choro en el que involucres hasta a los amigos y luego en alguna reunión ella le diga a la esposa de alguno de tus cuates: “¿Y cómo sigue Jaime> Me dijo mi marido que se luxó la mano en el boliche al que fueron el viernes pasado”. Acuérdate lo que dicen los abogados (creo): a explicación no pedida, culpabilidad manifiesta, o algo así (já).

No se te ocurra dar pretextos sobre circunstancias fortuitas que te obliguen a acciones posteriores. Me explico, si le dices que no llegaste porque tuviste un accidente, querrá ver el coche chocado o la descalabrada. Si le dices que estuviste súbitamente enfermo, querrá llevarte al doctor, que te asaltaron, querrá levantar denuncia y así sucesivamente.
Hay algunos elementos adicionales a considerar en el análisis (sin albur) ¿Qué tan mentiroso te sabe tu domadora> ¿Sabes mentir> ¿Ella te cree o hace como que te cree> ¿No se te ha ocurrido pensar que hace como que te cree para que te vayas tranquilo y ella pueda aprovechar el momento> ¿Cuántas mentiras dices al día> Este dato es relevante, si eres un mentiroso permanente, olvídalo, ya todos se dieron cuenta y no hay pretexto que valga. ¿Quieres un pretexto que parezca verdad> Simple, constrúyelo de verdades, no de mentiras.

Finalmente, te daré el método infalible: vete a donde quieras, escápate, llega tarde. Luego, cuando tu esposa te diga: “¿Dónde andabas>” Dile mirándola muy serio a los ojos: “Fui a un hotel y contraté a una escort que vi en Internet y cogimos riquísimo por una hora”. Ella pondrá cara de sorpresa, por supuesto. Pero ojo, no dejes pasar el momento de sorpresa, pues luego se pasa a la cólera ciega –y sorda-. En ese momento exacto sonríe de oreja a oreja y dile “¡No es cierto! Es broma, mejor lo hacemos tú y yo….” Y llévatela a la cama y hazlo riquísimo. No volverá a preguntar.

Saludos de Nadie que no es expertoÂ….