EL DESNUDO EN FOTOGRAFÍA (General)
Para aquellos que quieran seguir los pasos de TRIPLEX
UN POCO DE HISTORIA
El desnudo es una disciplina que casi todos los fotógrafos, en algún momento de su trayectoria, acaban por abordar con mayor o menor fortuna. A la hora de enfrentarse al género los planteamientos son muy diferentes entre culturas, sexos o tendencias sexuales. Y por supuestos cada época marca una tendencia, influida por el contexto histórico y social del momento.
El primer desnudo de la historia fue un autorretrato de Bayard, allá por 1840, si bien el planteamiento del mismo no era artístico sino más bien reivindicativo. Con el desarrollo de la técnica del daguerrotipo se acortaron los tiempos de exposición, con lo que se popularizaron los retratos y por supuesto los desnudos. Eso sí, siempre bajo la coartada de los temas clásicos para aportar credibilidad y respetabilidad.
A partir de 1845 se desarrolla la fotografía estereoscópica y con ella los desnudos estéreos, especialmente en Francia. La experiencia era de lo más interesante, si tenemos en cuenta que no existía ni la tv ni el cine y era lo más parecido a la realidad. Dentro de este género se cultiva exclusivamente el cuerpo femenino.
Aparece una cierta especialización en el género con diversas variantes: estudios basados en la naturaleza (sic) y en escenas mitológicas, imágenes eróticas e incluso pornográficas, además de estudios para pintores que necesitaban modelos. Este último hecho propició la excusa perfecta para fotografiar el cuerpo masculino. Recordemos que el mismo estaba prácticamente proscrito salvo que se enmascarase en temas clásicos: imitación de poses clásica, reflejos en espejos, en agua, hojas de laurel y parra por doquier
Así mismo tienen mucha difusión las cartas de visita, obra de un avispado Disderi, a modo de las postales actuales, que no solamente se nutrían de retratos al gusto de la época, sino también de desnudos incluso de las profesionales del amor.
Tras la Primera Gran Guerra los valores sociales cambian. La incorporación de la mujer al trabajo liberaliza el cuerpo: la rígida indumentaria femenina se transforma considerablemente. En esa época de diversión se potencia el culto al cuerpo y todo lo que le rodea: la danza, la gimnasia, el nudismo, la comida vegetariana, etc. Y la fotografía no se siente ajena a estos tiempos. Excelente excusa para realizar fotografía erótica.
Recordemos el desembarco de los grandes ballets rusos en Estados Unidos donde la indumentaria era mínima y así eran retratados. E incluso se empiezan a vender en kioskos postales de bailarines ligerísimos de ropa que más de un hombre compraba.
Por otra parte los grandes estudios cinematográficos no desaprovechan la oportunidad y empiezan a realizar fotografías más o menos eróticas de sus estrellas. Por ejemplo, Cecil Beaton con su Tarzán: Johnny Weissmuller, icono gay del momento.
En los años treinta el desarrollo técnico de la fotografía se aplica a este género fotográfico: solarizaciones, fotomontajes y perspectivas distorsionadas son utilizadas creativamente por autores como Man Ray, desde una perspectiva de fotografía de autor.
En la Alemania de estos tiempos el culto al cuerpo alcanza notables niveles de aceptación, siendo potenciado por las autoridades. Aparecen sociedades nudistas y deportivas. Paralelamente aparecen revistas y magazines que tratan estos temas. Las fotografías no tienen, en principio, ninguna intención erótica, aunque será el embrión para veinte años después cimentar un mercado de marcado carácter homosexual.
Durante y tras la Segunda Guerra Mundial las costumbres se relajaron y la indumentaria también, especialmente la femenina. Aparecieron revistas con un velado contenido erótico, anticipado con las pin ups pintadas de Vargas y oros autores, dibujadas y más tarde fotografiadas, especialmente en la revista Esquire.
También había un hueco para la fotografía de autor, como los excelentes desnudos realizados por Bill Brand con imágenes distorsionadas en espejos. La imagen realista del cuerpo desaparece en pos una imagen donde los pliegues, deformaciones y distorsiones aportan una nueva visión.
En los años cincuenta el mercado de publicaciones eróticas vía correo se desarrolló ampliamente, gracias a las suscripciones, especialmente las revistas para homosexuales, muchas de ellas camufladas bajo el género de las publicaciones de culturismo.
En 1953 apareció la mítica revista Playboy, con una estupenda Marilyn Monroe, Miss Diciembre. Y que mejor fotografía que Marilyn desnuda sobre terciopelo rojo. La fotografía fue realizada por Tom Kelley, un fotógrafo de pin-ups. Y los derechos de toda la serie fueron comprados por ¡500 dólares! La revista sigue siendo un clásico.
La revolución de los sesenta no fue ajena a la fotografía. La liberación de tabúes se reflejó en la literatura, en el cine y como no en la fotografía.
Sin embargo hubo de pasar un tiempo hasta que las publicaciones de gran tirada, como las revistas de moda, se atreviesen a publicar un top less. Significar la importancia del Calendario Pirelli, lanzado en 1963, que llegó a ser una especie de barómetro de permisividad social. Sus primeras imágenes eran de una descarada eroticidad, aunque hubo que esperar hasta 1971 para ver un pezón.
La fotografía de autor en estos años se mantiene viva gracias a figuras tan dispares como Jerry Uelsmann, autor de excelentes montajes fotográficos donde el desnudo tiene una gran importancia, eso sí, exhenta de cualquier carga erótica. Así mismo aparece la figura de Lucien Clergue, autor de excelentes desnudos que combinan sabiamente el cuerpo femenino con las olas, el movimiento, la luz.
A finales de los sesenta las revistas de hombres ya podían publicar regularmente desnudos frontales sin necesidad de retoque alguno.
Y ya en los años setenta el desnudo va adquiriendo nuevos espacios de libertad tanto en el cine, como en las revistas de moda y en los libros. Ciertos autores como Mappletorpe combinan alternativamente la cara más dura de la pornografía, de la homosexualidad en su lado más sórdido con un trabajo de corte muy clásico, influenciado por autores como George Platt Lynnes, Hoyningen-Huene y Horst.
Con la llegada de los años ochenta se vuelve otra vez a poner de moda el uso del blanco y negro, nunca abandonado por otra parte. Y quien mejor que Mappletorpe para aupar el género. Desde que la ciudad de Cincinnati se negase a exponer sus desnudos, enseñar los mismos se convirtió en el equivalente a defender la libertad de expresión. Y además Mappletorpe, excelente relaciones públicas, acabó vendiendo su obra a grandes coleccionistas y millonarios poniendo más de moda el género si cabe.
El mundo de la publicidad y de la moda empezó a utilizar el desnudo, tanto masculino como femenino, con unos cuerpos apetecibles y en unas situaciones nada inocentes. En estos años se genera el fenómeno de las top-models quienes en mayor o menor medida desnudaron sus cuerpos en excelentes campañas publicitarias. Recordemos los excelentes trabajos de autores como Bruce Weber, Richard Avedon, Herb Ritts y Greg Gorman entre otros.
Y en los noventa, siguiendo la misma estela de la década anterior, aparece una nueva moda, al margen de los géneros ya tratados, como es el fetichismo en la fotografía en su variante más light y hortera. Autores como el desaparecido Bob Carlos Clarke y Charles Riff así lo atestiguan.
También hay que destacar el trabajo de algunos francotiradores, muy imitados, como Helmut Newton, iniciado en los setenta y continuado hasta su muerte. Y algunos fotógrafos muy interesantes como Jonvelle y Dahmne, con frescas imágenes de carácter vouyerístico y desnudos en exteriores, respectivamente.
En la actualidad no es un género muy popular, si bien hay una gran diversidad de autores por todo el planeta, que con sus diversos planteamientos estéticos y formales, siguen enriqueciendo el panorama.
LOS MODELOS
Es casi siempre la primera dificultad que se encuentra el fotógrafo. Casi siempre se empieza con lo que se tiene más a mano: novi@ o amig@. Cuando ya se tiene una obra que enseñar aparecen por ahí compañeros de estudios o trabajo, amig@s de tu pareja, etc, que se animan. Otra fuente interesante es internet y las agencias de modelos, donde muchas modelos trabajan vía TFCD (time for cd) o TFP (time for prints) sin que nos cueste un euro. Normalmente se trata de modelos con nula o poca experiencia.
Si por el contrario queremos trabajar con modelos profesionales tendremos que recurrir a agencias con tarifas elevadas y la firma de un contrato.
Independientemente del tipo de modelo escogid@, conviene firmar un contrato por duplicado en el que se especifica las condiciones de toma de la sesión, así como la remuneración económica si la hay, pero sobre todo los derechos de imagen y donde y como se pueden mostrar o publicar dichas imágenes. Muchas personas se dejan fotografiar y con el paso del tiempo se arrepienten y se pueden producir situaciones muy desagradables para ambas partes.
Cuando abordo el desnudo siempre me gusta tener una reunión previa con la modelo, especialmente si no la conozco en profundidad. Le enseño una muestra de mi trabajo y la dejo hablar. Que me cuente que tipo de fotografías desea, hasta donde quiere llegar, sus miedos o complejos, etc. Incluso algunas pueden plantear el hecho de que una tercera persona de su confianza esté presente. Hay modelos que dejan plena libertad al fotógrafo.
Por supuesto os aconsejo que antes de abordar este tema tengáis un pleno dominio o seguridad en el manejo de los equipos, tanto cámaras como flashes y accesorios. Vuestra seguridad personal y profesional se contagiará al modelo, para lo bueno y para lo malo.
También conviene que las condiciones de trabajo sean idóneas. Un estudio improvisado puede servir siempre y cuando no haga frío, no haya mobiliario que nos moleste, terceras personas, etc. También le podemos pedir al modelo que traiga su propia música ambiental. En definitiva se trata de que se sienta cómodo.
Conviene además que el modelo venga con ropa cómoda y holgada, tipo chándal y sin ropa interior, para que no se noten las marcas de la misma y no perdamos tiempo esperando a que desaparezcan. También conviene, para ciertos tipos de imágenes, aplicar una crema hidratante, nunca aceite corporal, para que la piel tenga mejor aspecto sin molestos brillos.
LUZ NATURAL EN EXTERIORES
No es necesario tener un equipo fotográfico espectacular para tomar buenas imágenes. La luz natural nos proporciona calidad, textura y además es completamente gratis.
Si trabajamos en exteriores conviene evitar las horas centrales del día. Al amanecer o al atardecer la luz cae oblicuamente y nos aporta texturas y sombras muy interesantes. El único elemento que conviene llevar es algún tipo de reflector de relleno, como el típico parasol de coche. Respecto a la sensibilidad conviene trabajar a la menor posible. En estos casos se puede trabajar a 100 ISO perfectamente sin problemas.
LUZ NATURAL EN INTERIORES
Puedes captar excelentes imágenes con luz natural en tu propia casa sin necesidad de flashes u otro tipo de lámparas. Eso sí, posiblemente tendrás que trabajar con sensibilidades altas.
La siguiente fotografía está tomada con la luz del atardecer que entra por la ventana. La sombra de la propia ventana tipo inglés más la cortina crea unos reflejos muy interesantes a la izquierda de la imagen.
EL ESTUDIO IMPROVISADO
Lo ideal sería trabajar en un estudio con sus fondos, sus flashes compactos y/o generadores, etc. Podemos solventar estas carencias con un poco de imaginación y un pequeño aporte presupuestario. Necesitamos un cable sincro de unos 2 metros como mínimo (para disparar el flash principal alejado de la cámara), una célula fotoeléctrica para disparar el segundo flash, un trípode y una zapata que permita colocar el flash en el trípode.
El segundo flash no tiene que ser necesariamente tan potente como la unidad principal. Eso sí, debe trabajar al menos en automático. Si nuestra cámara no dispone de sincro X en el cuerpo, podemos comprar una económica zapata con salida sincro.
FUENTE Jazztelia cursos virtuales de fotografía digital
http://www.foto-mac.com.mx
<marquee>saludos</marquee>
--
"En los juegos del deseo y el pensamiento, las conexiones más intensas son aquellas que trascienden la posesión y encuentran sentido en el vacío."




