Pamela, de regreso a Tláhuac. (SUSPENDIDA Casas de citas)
Buen inicio de semana estimados amigos y preciosas divas del foro !
Ya tenÃa un poco de tiempo que no reseñaba, debido a los exámenes que me hice para poder donar sangre y a que ya casi no tengo tiempo para irme de explorador a la hora de la comida. Esta reseña también es para xxxplorer, quien ya me habÃa preguntado por la protagonista de esta reseña.
Como ya les habÃa anunciado, la próxima semana es mi cumple y quise echarme un brinquito preliminar para entrenar, afinar maquinaria y ver los puntos a trabajar para mejorar mi performance con Bibi o Anaïs.
Hace algún tiempo tenÃa ganas de ver a Pamela, la chica de la casa de Cerrada del Tigre en Tláhuac. Al parecer ella salió de ese templo por problemas con algunas colegas.
Desde hace un mes le estuve llamando, mandando mensajes; tratábamos de vernos por fuera pero, por desgracia nunca sincronizábamos nuestro tiempo libre.
Fue hasta este martes que me armé de valor y le marqué a su número de celular. Cuando el teléfono hacia el bip de llamado, se me aceleraba el corazón y me empezaban a temblar las manos. Por fin oigo su voz. La saludé como a una gran amiga y ella también me contestó de excelente manera. Me comentó que ya iba a regresar a Tláhuac desde este jueves.
Ese dÃa no podÃa ir a verla pues habÃa nacido mi primer sobrinito. Esperé a que mi hermana y su bebé regresaran a casa y estuvieran bien. Asà que este sábado le mandé un mensaje para confirmar. Ella contestó y me dijo que ya iba para la casa.
Ni tardo ni perezoso, le marque a su celular y me contestó de nuevo su vocecita un tanto cachonda
(Al menos para mÃ). Me dijo que yo llevara buen arancel para disfrutar nuestro reencuentro. Le pregunté que si se le ofrecÃa alguna golosina. Ella respondió que querÃa un litro de helado napolitano y unas pilas AA,
según para su "tetris".
Pues ya llegué a la casa del Tigre. Noté que ya no estaba el mismo cuidador. Las chicas no eran las mismas. Ya no vi a Sandra, una muchacha alta, con cara un tanto tosca y de ricas piernas.
Me senté en la sala a esperar a las chicas, le dije al de vigilancia que se me antojaba estar con Pamela.
Él la llamó y he de diecir que mi Pam tardó un poquito en ir a mi encuentro. Ansioso por la espera, oigo el ruido del tacón de sus botas resonar por el pasillo que conecta a la sala con el comedor. Allà vi su silueta. Me morÃa de ansias por verle otra vez esos ojos color gris perla. Ahh!! Mi corazón palpitaba más fuerte.
En eso, veo que su rostro sale de la penumbra y la veo, la admiro y la idolatro nuevamente con mis ojos y mente. Me levanto de la silla y voy hacia ella para abrazarla tiernamente.
Ella también me abraza y me da un beso de piquito en la boca.
Ella llevaba un vestido negro con micro falda y un suéter abierto color durazno. Las botas eran de color negro, de tacón alto y le llegaban hasta la rodilla. Diantre !! Se le veÃan unas piernas súper apetecibles.
Le acaricié la espalda y las caderas. Le dije que me daba un gran gusto volverla a ver. Ella me contestó de manera similar. Me sonrió y me quedé perdido por un instante, viendo el profundo color de sus ojitos grises.
Por poco se me olvidaba decirle: Ahh… Te traje tu helado. Jaja. Pues ya vió la bolsa y como niña pequeña descubriendo sus regalos, me dijo: Ohhh! trajiste mis pilas para mi tetris. Qué lindo!!
Me invitó a entrar a su cuarto. La última vez que nos vimos, su cancha estaba en la planta baja, junto al comedor. Pero esta vez, su templo se encontraba subiendo las escaleras en el primer piso, asà que aproveché para que mi Pam subiera primero y poderle acariciar las caderas que se le veÃan muy apetecibles desde esa mini entallada. Después le di mi brazo para que se apoyara y no se me fuera a caer.
Entramos a la alcoba, nos sentamos en el sofá y nos empezamos a dar un buen fajecito. Ella se quitó el suéter. Exclamó que ya sentÃa mucho calor. Me pidió el arancel para irlo a pagar a la planta baja. Le comenté que necesitaba ir al baño pues me acordé que me habÃa tomado 2 new mixes antes de llegar y me habÃa excitado mucho el pensar en ella. Asà que entré al baño, descargué aguas, limpié a mi amiguito y saqué unos chicles para el aliento.
Regresé al cuarto. Ella ya estaba arriba esperándome. Platicamos en lo que yo me desvestÃa. Me contó que otra vez se cayó, se lastimó una pierna, que tuvo varios problemas con las anteriores inquilinas de la casa y que fue obligada a salirse. Afortunadamente para ella, me comentó que a su regreso ninguna de las tipas con las que tuvo contrariedades, estaba.
Pues bien, me acosté en la cama, vi como ella lentamente me bailaba y se ponÃa de espaldas para que yo apreciara cómo se quitaba la blusa de manera muy lenta. No tenÃa bra. Después se puso de frente y se bajó la falda junto con la tanga. Se giró para mostrarme sus nalguitas quedándose al descubierto. Sólo se quedó en botas. Allà fue donde le pregunté que si ella habÃa traÃdo sus zapatillas de tacón alto y correa de la vez anterior (Si, soy un tanto fetichista). Me respondió afirmativamente. Abrió su armario, sacó una caja, lentamente se despojo de las botas y se fue poniendo las zapatillas. En ese momento me levanté de la cama, me puse de rodillas y le acomodé los zapatos en sus pies. Le abroché las correas sobre sus tobillos y le lamà las pantorrillas de manera muy suave.
Al ver cómo lucÃan sus piernas, mi compañero tuvo una erección muy fuerte. Pamela me dejo acariciarle las caderas mientras ella se agachaba preparando la cama. Volvió a tender la colcha, puso una toallita en el centro del colchón y me dijo que me pusiera de espaldas. Woow.
Comenzó a darme un excelente masajito con aceite perfumado. Su cuarto tiene mucho olor a flores secas, a su embriagante perfume corporal y a incienso. Creà que el humo de exóticos olores, tenÃa alguna droga, porque de inmediato sentà un bajón en mi ánimo. De repente me sentà muy relajado y tranquilo. Ella me acariciaba la espalda y los glúteos.
Pam preguntaba el por qué la tenÃa tan abandonada. Le respondà que era debido a que tenÃa mucho trabajo, que me acababa de meter a un curso de maestrÃa y que solo tenÃa hasta el momento libre los sábados, pero que jamás me habÃa olvidado de ella.
Entonces, me pidió que me volteara. Ahh! al ponerme "pene-arriba", vi su sonrisa perversa. Abrió el empaque del condón. Se lo puso en la boca y con sus manos fue acariciándome la herramienta de arte. Mi compañero al instante reconoció esas manos y sin problema se puso firmes, sin hacer caso del alcohol que habÃa ingerido recientemente. Luego sentà un mareo muy rico, muy placentero. Vi que ella iba a hacerme un oral sin, pero inmediatamente le dije que no, que ese era un placer que me tenÃa reservado con quien me uniera sentimentalmente.
Ella comprendió y me puso la protección. Me empezó a mamar el glande de una manera extremadamente sutil y apasionada. Ahh! Qué rico lo mama. A mà me gusta tal y como ella lo hace. Despacito, con cuidado, con amor y con jadeos que salgan de su garganta. Nada que ver con la niña de la casa de la Roma que me lastimó Jiji. Fue sensacional. Por un momento sentà que me iba a venir. Ella paró y me apretó un poquito el glande. Estaba ya pensado en penetrarla cuando me indica que deseaba que yo la masajeara a ella.
Pame se puso de espaldas. A decir verdad, Pamela no tiene un gran culo ni tetas voluptuosas. Todo eso lo tiene de manera tenue y modesta, pero sus piernas!!! Ohh que piernotas!!
Ataqué dándole unos buenos besotes de lengua y mordida en su boca y fui recorriendo todo su cuello. SentÃa y oÃa sus pequeños jadeos. Después le lamà y le besé los brazos. Allà ella me pidió que me quedara un buen rato lamiendo su bracito izquierdo. Seguà por su espalda. Me quede estacionado en la unión con sus caderas. Caray Señores! Qué espectáculo! Como lo habÃa descrito anteriormente, no tiene un culo grande, pero aun asÃ, no deje de lamer, chupar y besarlo. A continuación bajé por sus piernÃsimas. Paré mi lengua por la coyuntura de sus rodillas. Al instante, ella exclamé un Ahhhg y le ataqué con más suavidad e intensidad esa zona.
Era un sublime espectáculo verla asà acostada, con los ojitos cerrados, con la correa de sus zapatos limitándole y reafirmando la silueta de sus piernas. No dejaba de sobarle las nalgas con las manos y lamerle la parte trasera de sus rodillas. En seguida opté por lamerle la zona de sus pies que no cubrÃa su calzado. Ahh!! Ella estaba muy relajada. Le pedà que se volteara pucha-arriba y volvà a besarle. Recorrà con mis labios lentamente su frente, sus mejillas, los pómulos, el contorno de los labios, le besaba los lóbulos de las orejas, hasta que ella no pudo más y en un gritito seco me pidió que ya le besara en la boca.
Asà lo hice. Le mordÃa suavemente su labio inferior mientras que con mis manos le masajeaba los senos.
Empecé a sentir cómo se ponÃan duras sus tetas, cómo se levantaban sus pezones que yo jalaba de manera un tanto ruda. Ella no me reclamó y me dio pauta para lamerle sus montañitas. Me tomé todo el tiempo del mundo chupando, mordiendo y succionando sus senos. En ese momento ya le acariciaba su vaginita, que tenÃa una ligera capa de vello que le cubrÃa la intimidad.
Le lamà el ombligo haciendo cÃrculos y tratando de penetrarlo con mi lengüita. Bajé a las uniones de su vientre con las piernas. Comenzó mi Pam a agitarse más salvajemente. Allà no pude mas, no pude resistir amigos!!! Aun ante tanta advertencia del foro sobre los orales sin protección, me fui en ataque mortal a su vagina. No olÃa ni sabia tan dulce como la última vez. Su olor era ligeramente a sexo, pero en vez de hacerme sentir mal, me invitó a besar sus labios vaginales de manera más apasionada. Mi diosa exclamaba: AsÃ! AsÃ!! No pares!! Allà dale papi. Por un momento me calmé para localizarle su pequeño clÃtoris. Lo visualice en mi mente y comencé a chuparlo y lamerlo de manera muy muy rápida. Ella se empezó a poner roja de la mejillas. Me tomó de las manos y me las apretaba muy fuerte. Yo seguà pasando mi legua como maquina por su clÃtoris y en eso oà un jadeo más intenso: YA!! YA!!! Entonces separó su vagina de mi cara y se puso de lado y emitió un gran Ahhh!! de satisfacción.
Subo mi cara para encontrarme con la suya. Nos damos tremendo besote y me enseña su mano. TenÃa entre sus dedos el caracterÃstico hilito blanco. Levanta su cara y me dice: Mira como me pusiste!! Me dejaste bien mojada y tu viste y probaste con la boca que no tenia lubricante. Ahh niño!! Tienes una lengua riquÃsima. Me dejaste viendo estrellitas!
En ese momento habÃan pasado ya 35 minutos y no tuve oportunidad de penetrarla.
Aun asà me la pasé muy bien. Sentà que tuve un orgasmo mental con solo verle su carita de placer. Muy rico que estuvo ese brinco.
Le pagué el extra de ese servicio. Ella me mira frente a frente y me dice: Pobrecito! Fui una envidiosa.
No dejé que me penetraras. Disculpa, pero me sentà tan bien!!
Jaja. Woow. Ese comentario me elevó por las nubes.
Me dijo: Bueno, vas a tomar otro servicio para que ahora si te haga venir rico, verdad>
Sin dudarlo le confirmé. Ella se incorporo con problemas. Rápidamente se vistió y se fue a pagar otro servicio.
Le dije que esta vez seria sencillo, porque tenÃa que ahorrar para unos gastos (Si, pasármela con Bibi).
Volvimos a encamarnos. Otra vez me hizo un oral de pelÃcula soft. Para no hacerla más cansada, volvà a correr el mismo riesgo haciéndole otro oral. Ella se volvió a venir. Se calmó un poco y me dijo: Quiero que me penetres bien bien fuerte. Le escupà la vagina y poco a poco le metà la herramienta. La besé fuertemente en la boca. Ella me mordió salvajemente los labios.
Inicié bombeando quedito. Ella daba instrucciones: Ve haciéndolo más rápido pero poco a poco. Cada vez que yo brincaba ella más se hacÃa al rincón de la pared aprisionando su nuca contra la esquina de la cama. Allà fue donde la puse de piernas al hombro. Le chupaba las pantorrillas, pies y zapatos. Ahh! fue exquisita esa escena.
Otra vez mi preciosa se puso roja de la cara. Vi cómo se golpeaba la nuca contra la pared mientras yo le metÃa con fuerza a mi amigo y se hacÃa presente el rechinido incesante de la cama. QuerÃa yo que no se acabara ese momento y durara por mucho tiempo. WOow! En eso ella comienza a jadear y llamarme por mi nombre: Ya!! Ahh! YA!! Para! Ya vente!! Para yaaaaaa !!!!!! Hice como que también yo me estaba viviendo. La abracé, la apreté contra mis brazos, y le decÃa: Asà Pamela, vente rico mami! Vente ya! Me encantas. Eres mi diosa sexual. Le pasaba mis labios por sus orejitas y de repente, ella dejo de moverse y se hizo a un lado de la cama y me dijo que ya le sacara todo.
Ahhh fue riquÃsimo! Por unos instantes, nos quedamos acostados abrazados en la cama besándonos suavemente y tratando de reponernos.
En ese instante, el tipo de seguridad grita: Pame!!!!!!!!! Te excediste de tiempo!!! Jaja.
Ella me dice: Mi nene, tienes una lengua muy muy traviesa. Me encanta. DeberÃamos vernos un dÃa por fuera y quedarnos TODA la noche juntos. Le comenté de mi cumple y me hizo una muy buena oferta que no creo rechazar.
Ni modo Bibi, tendré que esperar por ti de nuevo.
Al final nos vestimos. Ella me dijo que le llamara para saludarle, que no la olvidara y que si me portaba mal, fuera con ella. Como verán, yo esperaba solo pagar un servicio sencillo, pero… pagué los extras de nueva cuenta. Fue una sesión estupenda.
Gran sábado. La verdad, quizá Pamela no sea un forro de mujer, pero tiene un no sé qué, que a mà sà me pone la carne chinita. Nos acoplamos muy bien. La recomiendo, pero con la reserva de que para algunos no tenga mucha teta ni nalga. A mi criterio, si está muy bien. Muy simpática, excelente servicio. Te consiente mucho y a veces se pasa de tiempo. Quizá por eso también tuvo problemas.
Saludos!!





, sino tambien nos ubicas en el contexto y eso a mi parecer hace tus reseñas muy entretenidas . Pero es solo una opinion... Saludos a todos los compañeros y en especial a Gino war y javierzin....:waving: