Tan, tan, tan culeras, pues no. Pero casi. El caso es que hace ya algo de tiempo, siendo más chavo, tenÃa la maña de subir chavas al carro en las esquinas, a ver que pasaba... Dos o tres veces tuve mucha suerte. Una de ellas era una chava con muy buen cuerpo, pero su cara la verdad era bastante fea. Prieta, no agraciada, con acné, todo el cuadro. En la plática, me dijo que necesitaba lana y que le iba a entrar de piruja. Me animé y le dije que si querÃa que yo fuera su primer cliente. Dijo que sÃ, la verdad no recuerdo cuanto fué el arancel pero para esas épocas y mi condición de estudiante pues era algo alto, pero decidà pagarlo.
Para no hacer el cuento largo, nos fuimos al hotel y ahà empezó el show. Que tetas! Me dió una de las mejores mamadas de mi vida, cogidas en todas las posiciones, todo sin condon (las tarugadas que hace uno de chico).
Moraleja: Como digo, las apariencias engañan. No siempre la más agraciada es la que mejor sabe su oficio. En mi modesta experiencia, he comprobado que en los puteros casi siempre son las que se encuentran el el 50% inferior, hablando en cuanto a apariencia, las que dan el mejor servicio. ¿Será la regla del 80/20>