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MI 1a RESEÑA DEL AÑO CON LA BUENERRIMA LINDA SAY (General)

Escrito por MAuRiXiO, (hace 6199 días)

Cuando al fin llego y tocó la puerta de mi habitación, El corazón y todo mi interior dio un vuelco de ansiedad y pasión. Abrí la puerta y... justo ahí estaba esa esplendorosa mulata, vestida de jeans azul claro ajustados y de una blusa semi transparente y escotadisima, de modo tal que parecía que enmarcaban sus enormes, voluptuosos y apetecibles enormes, firmes y redondos senos.

La hice pasar y nos saludamos como dos buenos amigos. Luego le entregué un sobre con la suma acordada, lo cual no revisó y ello habla tan bien de ella y de mi que jamas haria algo indebido, sólo lo guardó en su bolsa.

Yo me encontraba que ya no aguantaba de las ganas que le traia. De inmediato la abracé y comencé a tocar sus enormes pechos, sus nalgas y sus muslos. La acaricié por largos minutos. Luego, aún vestida, mi boca recorrió todo su hermoso cuerpo. Me detuve lo más que puede en sus jugosos senos, los descubrí un poco y besé sus deliciosos y obscurecidos pezones; enseguida me dirigí a su pubis y finalmente a sus nalgas enfundadas en esos maravillosos jeans. Si hay una definición de una mujer perfectamente buena y antojable para mi persona, esa es ella.

Enseguida la desvestí. Fue difícil separar sus pantalones de la piel que cubrían...¡estaban tan desesperantemente ajustados¡ Pero finalmente ella quedó en brassiere media copa y en una micro tanga blanca que cubría demasiado poco. Ambos continuabamos de pie y la seguí acariciando y besando todo cuanto pude. Realmente hubiera querido que esos instantes hubieran sido eternos.

Junto a la cama, me recosté y nos abrazamos. Para entonces los dos estabamos totalmente desnudos. Después alcancé un condón y Linda Say comenzó su obra perfecta. Su boca se apoderó de mi glande y todo mi cuerpo se estremeció. Luego continuó de arriba a abajo y viceversa, en mi venoso miembro, para continuar con sucesivas succiones que me hacían gemir de placer, de manera incontrolable. ¡Era infinitamente delicioso¡, ¡qué manera de hacer de ello un arte¡ Sin perderme un solo instante de su boca, me incorporé un poco para acariciar sus enormes senos.Su boca en mi miembro, mis manos en sus pechos, luego en su espalda; con algún esfuerzo lograba yo alcanzar a tocar su ardiente vagina.

Más tarde, me levanté un poco más y coloqué mi miembro entre sus maravillosas tetas y comecé una serie de arremetidas rítmicas. Era verdaderamente grandioso. Ahora, ella presionaba sus senos para ahogar mi miembro y provocarme olas de un exquisito deleite. Pero necesitaba incorporarme un poco más. Me puse de pie en el buro y ella hincada devorándose mi pene. De frente tenía el espejo, que era fiel y afortunado testigo de todo.

Pero lo mejor no estaba ahí. Yo estaba ansioso de probar el intenso calor de lo más recóndito de su ser. Le pedí penetrara, "¿Como empezamos>", me preguntó. "¿Te parece bien un misionero>", le contesté. Entonces se tendió boca arriba. Quizás ella no se percató del efecto que provocó en mis sentidos el tenerla asi en la cama, con una sonrisa dulce, con sus senos apuntando al cielo y con sus piernas abiertas, ofreciendo lo mejor de ella. Volví a besar sus senos y su vientre, disfruté con mi boca el sabor de su vagina y luego, luego hundí mi erguido miembro en ella. Primero la arremetí de manera suave; después de manera más repetida e insistente, mientras mis manos se encontraban replegadas de sus esplendorosas nalgas. Más tarde, ella dobló sus piernas, casi tocado con las rodillas sus senos, y la penetración se hizo más profunda, más intensa, más perfecta. Así continuamos por varios minutos. No sé cuantos, pero cada embestida era tocar un trozo de la gloria.

Enseguida, sin salirme de ella, nos colocamos de lado. Podía penetrarla perfectamente y ver su bello talle y besar sus adorables tetas. Después con mi pene incrustado en el suyo, rodamos sobre la cama. Ella volvió a quedar abajo y yo sobre ella. Pero en lugar de tener las piernas separadas, estaban maravillosamente juntas y estiradas, de manera que mi sexo quedaba totalmente oprimido dentro del suyo. En esa posición los movimientos de mi cadera eran mínimos, pero el roce absoluto de los cuerpos era grandioso. Cada arremetida era una invitación al orgasmo. Por su parte, mis manos, otra vez estaban aferrados a sus perfectos, redondos, carnosos y duros glúteos labrados arduamente en Gym. Yo jadeaba deseperadamente y ella, solidaria y hermosa, hacía lo mismo, mientras me musitaba palabras excitantes al oído.

Otra vez rodamos sobre la cama. Ahora mi ardiente mulata quedó sobre mí. Separó las piernas, se incorporó y comezó a cabalgar sobre mi vientre. Se movía de atrás hacia adelante,y viceversa, luego en círculos, rítmicamente, con clase, con elegancia. Era un espectáculo difícil de narrar. Ahí podía ver su candente y cachondo rostro, su lengua lamiendose los labios jadeando, sus enormes senos bamboléandose, su cadera agitada y su parte pubica, su hendidura vaginal devorándose mi ardiente pene en cada movimiento. Mientras tanto, mis manos no perdían el tiempo y se apoderaban sucesivamente de sus pechos (a los que sentía más enormes que nunca), de su minúscula cintura y de su perfecta cadera, la que jalaba hacia mí para provocar penetraciones más y más profundas. Yo sólo acertaba a pedirle, con voz entrecortada, que siguiera, que siguiera, que siguiera. Linda Say, lucía hermosa, dueña de la escena, segura de que yo ya estaba loco por ella. Y era cierto.

Así continuamos por unos minutos. Después le pedí a esta real hembra que nos levantaramos de la cama. La coloque frente al espejo y ahí le pedí que se colocara de espaldas, en posición de "perrito", por unos instantes contemplé sus preciosos y torneados muslos, sus perfectas nalgas, su bella espalda y sus encantadoras mega tetas. ¡Un espectáculo impresionante¡, ¡verdaderamente impresionante¡ Pero ya no podía esperar más. Estando en posicion, me sujeté de sus caderas y mi miembro se hundió en su vagina una vez más. Primero lentamente, luego más rápido, más rápido, aumentando el ritmo de las embestidas, mientras mis manos buscaban ansiosamente sus redondos y perfectos senos. Sabía que ese era el momento más glorioso de la tarde, así que bajé el ritmo, contemplé sus nalgas y me aferré a su cadera para tener penetraciones más profundas, lo más profundas posibles. Ella gemía ardientemente y me entregaba todo su cuerpo ¡Era demasiado! De pronto sentí que un intenso calor invadía todo mi cuerpo, que una sensación electrizante recorría desde mi cabeza, por toda la espalda, hasta mi vientre. Entonces, por un instante toqué el cielo, y, entre intensas contracciones, mi sexo tributó a su caliente atractivo el homenaje de un inolvidable orgasmo.

Pasado el climax, recostados en la cama. Sudorosos y sonrientes. Nos abrazamos. Volví a besar su cuello y sus senos. Sin embargo, hasta entonces me percaté de que el tiempo pactado había transcurrido. Nos dimos un baño y tan inolvidable y ardiente mulata partio.

Ahora paso recreando cada momento de esa inolvidable tarde. Me quedé repitiendo su curvilines silueta, me he quedado ansioso de volver a verla.

Gracias por todo Linda Say.

LINDA SAY tiene el mejor cuerpo que he visto en una escort ademas de dar buen servicio, felicidades por ese encuentro y que bien recibiste el año

Escrito por Lalo, (hace 6199 días) @ MAuRiXiO

Sabes cuando regresa que no la veo anunciada

oye y cuales son sus datos porque no aparecen o no los vi

Escrito por enigma, (hace 6199 días) @ MAuRiXiO

saludos

044 55 1901 4774 , por cierto... ¡¡ que buena reseña !!!

Escrito por Juanito Guanabacoa @, (hace 6198 días) @ enigma

Espero en estos días echarle un fon yo también...

MI 1a RESEÑA DEL AÑO CON LA BUENERRIMA LINDA SAY

Escrito por Gino War, (hace 6199 días) @ MAuRiXiO

Caray Compañero!! Felicidades! Magnífico encuentro y déjeme aplaudirle. Que tremenda reseña!!

Muy bien.

Que buena manera de empezar el año. De verdad que describiste muy bien a Linda Say. Se antoja vivir un relato así con ella.

Saludos y ojala puedas darnos informes sobre el arancel y en donde fue el encuentro.

LINDASAY ES UNO DE LOS MEJORES BODYS QUE HAY Y QUE CHAMBAS DE FABULA

Escrito por ROBERT, (hace 6198 días) @ MAuRiXiO

» Cuando al fin llego y tocó la puerta de mi habitación, El corazón y todo mi
» interior dio un vuelco de ansiedad y pasión. Abrí la puerta y... justo ahí
» estaba esa esplendorosa mulata, vestida de jeans azul claro ajustados y de
» una blusa semi transparente y escotadisima, de modo tal que parecía que
» enmarcaban sus enormes, voluptuosos y apetecibles enormes, firmes y
» redondos senos.
»
» La hice pasar y nos saludamos como dos buenos amigos. Luego le entregué un
» sobre con la suma acordada, lo cual no revisó y ello habla tan bien de ella
» y de mi que jamas haria algo indebido, sólo lo guardó en su bolsa.
»
» Yo me encontraba que ya no aguantaba de las ganas que le traia. De
» inmediato la abracé y comencé a tocar sus enormes pechos, sus nalgas y sus
» muslos. La acaricié por largos minutos. Luego, aún vestida, mi boca
» recorrió todo su hermoso cuerpo. Me detuve lo más que puede en sus jugosos
» senos, los descubrí un poco y besé sus deliciosos y obscurecidos pezones;
» enseguida me dirigí a su pubis y finalmente a sus nalgas enfundadas en esos
» maravillosos jeans. Si hay una definición de una mujer perfectamente buena
» y antojable para mi persona, esa es ella.
»
» Enseguida la desvestí. Fue difícil separar sus pantalones de la piel que
» cubrían...¡estaban tan desesperantemente ajustados¡ Pero finalmente ella
» quedó en brassiere media copa y en una micro tanga blanca que cubría
» demasiado poco. Ambos continuabamos de pie y la seguí acariciando y besando
» todo cuanto pude. Realmente hubiera querido que esos instantes hubieran
» sido eternos.
»
» Junto a la cama, me recosté y nos abrazamos. Para entonces los dos
» estabamos totalmente desnudos. Después alcancé un condón y Linda Say
» comenzó su obra perfecta. Su boca se apoderó de mi glande y todo mi cuerpo
» se estremeció. Luego continuó de arriba a abajo y viceversa, en mi venoso
» miembro, para continuar con sucesivas succiones que me hacían gemir de
» placer, de manera incontrolable. ¡Era infinitamente delicioso¡, ¡qué manera
» de hacer de ello un arte¡ Sin perderme un solo instante de su boca, me
» incorporé un poco para acariciar sus enormes senos.Su boca en mi miembro,
» mis manos en sus pechos, luego en su espalda; con algún esfuerzo lograba yo
» alcanzar a tocar su ardiente vagina.
»
» Más tarde, me levanté un poco más y coloqué mi miembro entre sus
» maravillosas tetas y comecé una serie de arremetidas rítmicas. Era
» verdaderamente grandioso. Ahora, ella presionaba sus senos para ahogar mi
» miembro y provocarme olas de un exquisito deleite. Pero necesitaba
» incorporarme un poco más. Me puse de pie en el buro y ella hincada
» devorándose mi pene. De frente tenía el espejo, que era fiel y afortunado
» testigo de todo.
»
» Pero lo mejor no estaba ahí. Yo estaba ansioso de probar el intenso calor
» de lo más recóndito de su ser. Le pedí penetrara, "¿Como empezamos>", me
» preguntó. "¿Te parece bien un misionero>", le contesté. Entonces se tendió
» boca arriba. Quizás ella no se percató del efecto que provocó en mis
» sentidos el tenerla asi en la cama, con una sonrisa dulce, con sus senos
» apuntando al cielo y con sus piernas abiertas, ofreciendo lo mejor de ella.
» Volví a besar sus senos y su vientre, disfruté con mi boca el sabor de su
» vagina y luego, luego hundí mi erguido miembro en ella. Primero la arremetí
» de manera suave; después de manera más repetida e insistente, mientras mis
» manos se encontraban replegadas de sus esplendorosas nalgas. Más tarde,
» ella dobló sus piernas, casi tocado con las rodillas sus senos, y la
» penetración se hizo más profunda, más intensa, más perfecta. Así
» continuamos por varios minutos. No sé cuantos, pero cada embestida era
» tocar un trozo de la gloria.
»
» Enseguida, sin salirme de ella, nos colocamos de lado. Podía penetrarla
» perfectamente y ver su bello talle y besar sus adorables tetas. Después con
» mi pene incrustado en el suyo, rodamos sobre la cama. Ella volvió a quedar
» abajo y yo sobre ella. Pero en lugar de tener las piernas separadas,
» estaban maravillosamente juntas y estiradas, de manera que mi sexo quedaba
» totalmente oprimido dentro del suyo. En esa posición los movimientos de mi
» cadera eran mínimos, pero el roce absoluto de los cuerpos era grandioso.
» Cada arremetida era una invitación al orgasmo. Por su parte, mis manos,
» otra vez estaban aferrados a sus perfectos, redondos, carnosos y duros
» glúteos labrados arduamente en Gym. Yo jadeaba deseperadamente y ella,
» solidaria y hermosa, hacía lo mismo, mientras me musitaba palabras
» excitantes al oído.
»
» Otra vez rodamos sobre la cama. Ahora mi ardiente mulata quedó sobre mí.
» Separó las piernas, se incorporó y comezó a cabalgar sobre mi vientre. Se
» movía de atrás hacia adelante,y viceversa, luego en círculos, rítmicamente,
» con clase, con elegancia. Era un espectáculo difícil de narrar. Ahí podía
» ver su candente y cachondo rostro, su lengua lamiendose los labios
» jadeando, sus enormes senos bamboléandose, su cadera agitada y su parte
» pubica, su hendidura vaginal devorándose mi ardiente pene en cada
» movimiento. Mientras tanto, mis manos no perdían el tiempo y se apoderaban
» sucesivamente de sus pechos (a los que sentía más enormes que nunca), de su
» minúscula cintura y de su perfecta cadera, la que jalaba hacia mí para
» provocar penetraciones más y más profundas. Yo sólo acertaba a pedirle, con
» voz entrecortada, que siguiera, que siguiera, que siguiera. Linda Say,
» lucía hermosa, dueña de la escena, segura de que yo ya estaba loco por
» ella. Y era cierto.
»
» Así continuamos por unos minutos. Después le pedí a esta real hembra que
» nos levantaramos de la cama. La coloque frente al espejo y ahí le pedí que
» se colocara de espaldas, en posición de "perrito", por unos instantes
» contemplé sus preciosos y torneados muslos, sus perfectas nalgas, su bella
» espalda y sus encantadoras mega tetas. ¡Un espectáculo impresionante¡,
» ¡verdaderamente impresionante¡ Pero ya no podía esperar más. Estando en
» posicion, me sujeté de sus caderas y mi miembro se hundió en su vagina una
» vez más. Primero lentamente, luego más rápido, más rápido, aumentando el
» ritmo de las embestidas, mientras mis manos buscaban ansiosamente sus
» redondos y perfectos senos. Sabía que ese era el momento más glorioso de la
» tarde, así que bajé el ritmo, contemplé sus nalgas y me aferré a su cadera
» para tener penetraciones más profundas, lo más profundas posibles. Ella
» gemía ardientemente y me entregaba todo su cuerpo ¡Era demasiado! De pronto
» sentí que un intenso calor invadía todo mi cuerpo, que una sensación
» electrizante recorría desde mi cabeza, por toda la espalda, hasta mi
» vientre. Entonces, por un instante toqué el cielo, y, entre intensas
» contracciones, mi sexo tributó a su caliente atractivo el homenaje de un
» inolvidable orgasmo.
»
» Pasado el climax, recostados en la cama. Sudorosos y sonrientes. Nos
» abrazamos. Volví a besar su cuello y sus senos. Sin embargo, hasta entonces
» me percaté de que el tiempo pactado había transcurrido. Nos dimos un baño y
» tan inolvidable y ardiente mulata partio.
»
» Ahora paso recreando cada momento de esa inolvidable tarde. Me quedé
» repitiendo su curvilines silueta, me he quedado ansioso de volver a verla.
»
» Gracias por todo Linda Say.

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