El Universal
Viernes 9 de enero de 2009
FÀTIMA SALVADOR

PEGA LA CRISIS A CHICAS DEL TALON

CLIENTES EN BUSCA DE CARICIAS DEJARON DE VISITAR LA CANTINA DONDE “CHAMBEA” DALILA

Dalila comenzó a sentir los efectos de la crisis antes de que se conviertiera en el tema de todos los días. A la cantina en que trabaja, en las cercanías de la Basìlica de Guadalupe, dejaron de llegar los hombres que buscaban la conversación y caricias de esta mujer de 33 años.

Por asistir cada noche al bar, Dalila tiene asegurado un sueldo de 200 pesos, si el cliente con el que platica consume màs de 800 pesos, gana una comisión de otros 200 pesos, esta cantidad es fija, sin que tenga que salir a realizar servicios sexuales.

La situación desahogada en la que vivìa esta chica se termino. Con unos tragos de por medio, con seguridad y fuerza en sus palabras, dice que buscarà otro empleo por las mañanas para compensar la caída en sus ingresos.

“A mis hijos no les va a faltar nada”. Me voy a buscar otro trabajo en las mañanas, en el bar sòlo chambeo de miércoles a domingo y entro a las siete y media de la noche, asì que aunque sea una chinga me voy a ir de criada o de obrera en alguna fàbrica”.

La pobreza que vivìo junto a sus padres campesinos la llevo a elegir su oficio, el llamado “màs antiguo del mundo”. Para que nadie sepa de donde obtiene su dinero debe viajar de sur a norte cinco días a la semana.

Morena, de dulce voz, mirada sencilla y cuerpo sedoso accedió a desnudar su alma y cuerpo, y contar còmo eligió esta profesiòn para que sus dos hijos no conozcan las carencias que ella sufrió durante su infancia.

“Cuando tenía 18 años en mi casa había mucha pobreza, mis padres son campesinos en una delegación del sur del Distrito Federal, asì que decidì buscar trabajo. Una vecina viò còmo padecía para encontrar trabajo y me ofreció chambear de esto, me lo dijo con todas sus letras y pues le entrè, al principio con miedo, pero después… ¿Quiere saber la neta>, me gustò por la lana que se gana, porque había placer y era fácil de hacer”.

El trabajo de esta mujer consiste en platicar y hacer compañía a los clientes del bar,si después de unos tragos quieren ir a un lugar màs privado, el acompañante paga una cuota y se van.

CASADOS: AMIGOS FRECUENTES

Dalila ha consolado la soledad, desesperación, tristeza o depresión de cientos de hombres. “Me he metido con muchos tipos, de todas clases, aunque los que màs me buscan son los casados. Ellos se vuelven mis amigos con el tiempo, regresan cada semana, según tengan para pagarme una buena borrachera y dejarme dinero para vivir”.

Dalila añora los días malos en los que sacaba mil 500 pesos por noche por dar servicios sexuales, además del sueldo y la comisión. Ahora apenas alcanza los 400.