En uno de los muchos tables de la ciudad, de cuyo nombre no quiero acordarme (aquí), conocí a una chica de 23 años que está desestabilizando mis preceptos y mis hormonas de una forma incomprensible. Es una chica bajita (y no me gustan las bajitas) y sencilla, pero sumamente hermosa y tiene el mejor cuerpo que haya visto en muchos años, una delicia verdaderamente fuera de serie. Resulta un poco extraña pues es totalmente diferente a las demás. Sumamente limpia, diría exagerademente limpia(si hace un boleto tarda 15 min. en limpiarse y regresar) tiene una plática contenida donde hace ver que su proyecto de vida es lo más importante y tiene que hacer el trabajo cuidándose al máximo. No se deja besar, ni meter dedos, siempre exige la máxima pulcritud, pero una vez cumplida es sumamente cachonda. Normalmente las de este perfil caen mal, pero en este caso el deleite de tocarla hace perdonar todo. El convenio es claro, "quiero que la pases bien pero a cambio de que respetes también mi proyecto". Con una piel y un cablello deliciosos, y excenta de cualquier frivolidad, establece las reglas de un intercambio irrechazables. En un mes y medio partirá a un país muy lejano a realizar su sueño, y debo confesar que siento ganas (aunque no lo haré desde luego) de decirle que no se vaya. No puede hacerse el amor con ella de buenas a primeras, sino que tiene que tomar cierta confianza. Yo también creía que estaría yo en una exageración, pero ayer que fui a verla me di cuenta que somos muchos los que hemos valorado así a esta extraordinaria chica, pues en un table con más de 15 bailarinas había más de 6 mesas esperando sólo por ella. Vi como en una mesa un chavo gálán pero bastante jóven se derretía por llevársela, pagando lo que fuera, y ella se negaba y se negaba, pues me dijo después que un chavo deschavetado no era el perfil de con quien ella se íría. Yo he aguantado pacientemente a que me evalúe visitándola ya unas diez veces y apenas me ha concedido que iremos a un hotel este sábado, previos acuerdos de respeto mutuo, y absoluta limpieza. Después de platicar con ella, quien debíó de darme mi espacio con varias mesas esperándola, ya incluso con altercados por el turno, la llevé al privado, y de verdad no podía soltarla, uno boleto más y otro y otro, qué delicia. Al final todos me vieron con coraje, pero ni modo. Se que un relato así es para burlarse, yo mismo lo haría si lo viera, pero estoy francamente desarmado por su personalidad y su figura inconcebiblemente sensual. Realmente es extraño todo esto para mi pues se perfectamente cuáles son las reglas del juego en este negocio, pero no puedo dejar de compartirlo, pues nunca había conocido a alguien que me llevara a escribir un disparate como este. Perdonarán que no diga el lugar pero la verdad me gana la codicia y no quisiera ir a verla y encontrar que ya no hay 6 sino diez mesas esperándola, ni modo. Creo la verdad que se está haciendo rica y me da gusto, y se que el sábado me daré un placer éxtraordinario mientras que ella sólo estará fortaleciendo sus ahorros, y aún así lo disfruto pues ella es franca y dentro de ello se ocupará de que ambos cumplamos nuestros ohjetivos, y adiós. Cómo ven>