Este sábado pasé una noche maravillosa en compañía de una leoncita linda, tierna y salvaje a la vez.

Sólo de volver a recordar el encuentro me vuelve a la memoria el brillo en sus ojos, el sabor a Baileys de su boquita y esos gemiditos de gatita ronroneando en las noches de luna.
Será mejor que inicie el relato, porque ya me estoy estremeciendo de nuevo al recordarla.

Noche de sábado, lamentablemente la verde volvió a hacernos perder. Eso se va volviendo costumbre.
A pesar de que mucha gente veía el juego, todos los hoteles de Patriotismo estaban llenos. Fui hacia Tlalpan y sólo encontré lugar en el Hotel Mexicali. Le mandé un mensaje a Alyona para saber si estaba bien ese lugar.
Ella me respondió: "Donde mi consentido desee". Esas palabras me hicieron sentir bien y enseguida aparté la habitación.

Llegué al cuarto donde habría de conocer a Alyona. Realmente me sentía un poco nervioso. Todos los comentarios acerca de ella: "Realmente es una leona", "Te deja totalmente cansado", "Es extremadamente pasional", "Es la reina"... Ese conjunto de frases daba vueltas como torbellino dentro de mis ideas.

Esta vez no tenía pensado usar alguna bebida energizante o alguna pastillita para potencializar mi desempeño. No, solo dejaría que la presencia de Alyona fuese mi único estimulante y me fortalecí de mucho entusiasmo y libido.

Pasadas las 11:00 pm, nuestra querida leoncita me comentó por mensaje de texto que ya estaba a punto de venir. Le respondí que no se preocupara, que no pensaba irme de allí y que llegara sin prisa y con mucho cuidado.

El momento cada vez se acercaba. Abrí la ventana de la minisalita y me quedé viendo hacia afuera, tomando todo el aire nocturno que pudiera inhalar.

A las 11:30 pm en punto, tocan a la puerta. Wooww. Me acerqué, vi por la mirilla y si... era la majestuosa Alyona.

El ritmo cardiaco se me empezó a acelerar y la emoción me atrapó. Pude contenerme y así recibirla de manera cordial.

Abro la puerta y me quedé anonadado viendo la presencia de Alyona. Nos saludamos. Amablemente la invito a pasar.

Llevaba un vestido negro y unas zapatillas tipo sandalias de color negro.
Se le veían unas piernas y unos senos totalmente atractivos. Ella inmediatamente se despojó de su suéter beige y lo dejó en uno de los sillones de la sala.

- Hola Ginito, ¿Cómo estás>

Me da un beso súper cachondo.
A penas pude responder:

- Que tal Alyona> Todo Bien> Tuviste problemas para llegar>

Cerré la puerta y ella se puso cerca de la cama.

Nos sentamos en el colchón. Platicamos sobre el problema de llegar desde Insurgentes hacia Tlapan. La verdad eso no era problema para mí, la corta espera me hizo sentir mayor excitación.

Nos levantamos de la cama y ella me abrazó y me dio una buena sesión de besitos de lengüita que me pusieron tremendamente caliente.

Busqué su labio inferior y procedí a lamerlo y oprimirlo. Comencé acariciando su pelo, pasé por suave y tibia espalda, para finalmente depositar mis manos en sus caderas. Nos abrazamos fuertemente y sentí que mi piel se erizaba. Ella tenía sus ojitos cerrados y me seguía besando salvajemente. Proseguí dándole caricias sobre la falda. Ahhh!! Qué rica sensación. Me encantó acariciarle el derrierè por encima de la falda. Era sumamente delicioso.

- Ahh Ginito! Te encantan los besos!
- Woow, Ah, emm... Si, un buen.

Ya estaba bien prendido sin ningún estimulante.

Lamentablemente tuvimos que separarnos. Ella me comentó que se iba a poner más cómoda y que me tranquilizara un poco. Aproveché para decirle que le había traído una botellita de Baileys sabor chocolate con menta y en lo que ella se alistaba, abriría yo la botella y nos serviríamos un poco.

¡¡Cómo odio que los establecimientos le pongan protección de más a las botellas!!

De la emoción, no podía abrirla. Finalmente la cinta adhesiva cedió y voilà! pude abrir el envase. Serví la bebida en esos vasitos de cristal que dan de cortesía. Se veían limpios.

Justamente cuando ella regresó, acababa de servir el licor. Tenía ella un coordinado de encaje negro. Se veía súper sexy.
Me preguntó que si me gustaba la música de Montaner. Le respondí que si y tratamos de poner el cd en el DVD para que se oyera el sonido por la televisión. Jaja. Jamás pudimos encontrar el botón o la función para pasar de modo TV a Video.

Eso fue lo que no me gustó de la habitación, no tenia aire acondicionado y no había un sistema de sonido amigable.

Bueno... dejamos por la paz esa idea y nos acostamos en la cama. Comenzamos a beber el licorcito y entonces, sentí que el momento había llegado.

Alyona inicio acariciándome todo el cuerpo y volvió a cautivarme con sus tremendos besos. ¡¡Qué rico!! Esa forma de besar me prendió mucho y le respondí oprimiendo sus labios y nos abrazamos fuertemente.

Ella se quito el brá. Me dio candentes lamiditas en el cuello y comencé a respirar más rápido.

- Que rico hueles Ginito!
- Mhmm Alyona, tu también hueles muy sensual.

En ese momento, le besaba las orejitas y el cuello. Después le acaricié sus grandes, suaves y lindos senos. Sentía sus pezoncitos rosados ponerse más duritos. No me pude contener al verlos tan cerca de mí y tuve que lamerlos y succionarlos. Alyona hizo escapar unos gemiditos muy estimulantes.

- Asi Ginito. Dale bebé.

Se acostó en la cama, me puse sobre ella, le besé y acaricié su vientrecito. Mhmm, es hermoso verlo lleno de lindas pequitas.

Ella volvió tomar el control y se puso sobre mí. Me levantó y me quito el suéter. Yo seguí quitándome la camiseta.

- Anda Ginito, te quiero ver si ropa.

Me quité toda la ropa que estorbaba. Me quedé desnudo contemplando la carita angelical y traviesa de esta leoncita y seguí lamiéndole sus prominentes senos. Que rico tener a esos dos pezones rosaditos con aureola de pequitas.

Con una mano le acariciaba una teta, con la otra le acariciaba su carita y mi lengua lamiendo el pezón que tenia libre.

Volvimos a fundirnos en besos obscenos y puse mi rodilla sobre su entrepierna. Estaba haciendo contracciones y Alyona me apretó muy fuerte con sus brazos en señal que le había gustado el empujar mi rodilla contra su zona 0. Sin notarlo, ya me había volteado, ella estaba ahora frente a mí.

Me puso sus senos en mi cara. Los talló en mi boca y me sentía ahogar de manera placentera.

Sin dejar de oprimirlos, fue bajando lentamente por mi pecho y entonces, sentí el ataque de su lengua sobre mis pezones.

Era una lluvia de sensaciones placenteras. Alyona no dejaba de mover rápidamente su lengua sobre mi pecho. Creo que tuve un orgasmo psicológico, porque en serio que me sentía venir pero sin eyacular. Ahhh!! Fue riquísimo. No sé a cuántas revoluciones por segundo movía su lengüita la leoncita, pero era como un taladro sensorial.

- Te gusta Ginito>

No pude contestar, estaba en otra dimensión, del otro lado del placer.
Fue en descenso poco a poco y llegó a donde mi amiguito ya casi babeaba.

- Ven Ginito, que te pongo el condón.

Me acosté y disfruté del espectáculo de ver cómo ella colocaba la funda de manera magistral. Inició con unas lamidas suaves. Notaba cómo mi amiguito vibraba y bufaba al contacto de la lengua de Alyona.

Primero su lengua haciéndome agonizar, lamiendo y chupando mis pezones.
Ahora la leona quería acabarme con un descomunal sexo oral!! Creí que no lo podría resistir.

Inició poco a poco rozándome el tronco para finalmente apabullar mi glande. Woow. Sentía que veía estrellitas por todos lados.
Luego vinieron las chupadas y succiones salvajes. Mhmm! Sentía unos jaloncitos muy agradables.
Creí que se iba a separar el prepucio del glande y me fascinaba esa mezclada sensación del jalón de la boca de Alyona y de la suavidad de su lengua contra mi glande.

Sublime de verdad. Sentía que me iba a venir.

Afortunadamente la leoncita tuvo compasión de mí y dejó que me pusiera sobre ella.

Fui lamiendo inspeccionando por su vientre.

Ella se estremecía y lanzaba pujiditos que me ponían más caliente.

Llegué al área prometida y le acaricié la coyuntura de la pierna y sus genitales.

-Asi Ginito. Dale allí. No pares. Sigue acariciándome.

Le froté su vaginita sobre su panty. Poco a poco se la fui quitando hasta asombrarme de ver por primera vez su preciosa y rosadita vagina.

No pude más y le recorrí mis labios por sus vaginales. Era estremecedor ver su vaginita como una rosa fresca y sentir que ya tenía un poquito de juguito.

Al mismo tiempo frotaba suavemente mis manos en la división de las piernas y los genitales, abarcando también parte de sus formidables muslitos.

- Dale despacito Ginito y mete más adentro tu lengua. Así. Uyyyyy.

Por primera vez, sentía que mi cunnilingus estaba siendo requerido a esforzarse más de lo habitual. Notaba como mi lengua entraba y salía de la cavidad de la leoncita.

- Acaricia más arriba Ginito. Uhmmmmmmmmmm.

Volví a acariciar más suave sus muslos y ella hacía una carita de satisfacción. Eso me hizo sentir muy bien.

- Ven Ginito. Ya métela.

Me quedé anonadado viendo cómo abría sus linda piernas y se relajaba para poder penetrarla.

Era un momento muy excitante.

Poco a poco lo introduje y Alyona hacía una carita de satisfacción.

- Dale Ginito, Soy tu leoncita. Dame toda tu lechita.

Esas palabras eran como una invitación a darle más fuerte. Recargué todo mi peso sobre ella y al parecer le agradó porque emitió un uy, de gusto.

Volvimos a besarnos y era un triple placer. Por un lado, soportar dulcemente cómo ella trataba de asfixiarme con sus besos, sentir sus senos presionando sobre mi pecho y la fricción de nuestras colitas en un mete y saca sin piedad.

De verdad, era delicioso, Me preguntaba qué otra cosa podría ser mejor.

En eso:

- Ginito quiero que la metas por el culito.

Me dije: Ohh no!! Ya no puedo aguantar más!!

Ella se puso de perrito y Santa Sodoma!! Era increíble ver sus caderas con esas lindas pequitas y en medio su anito rosadito y lindo.

- Puedo lamerlo>

- Si Ginito, dale.

Era toda una fantasía lamerlo. No sabía ni olía a nada. Era delicioso!! Aproveché para relajarme un poquito y oprimir mi glande para calmar el torrente sanguíneo de esa zona.

Volví a respirar hondo y... No podía creerlo, estaba a punto de experimentar el Anal de Alyona.

- Despacito Ginito. Métemelo en el culito, bebé.

Poco a poco lo iba introduciendo por esa cavidad. Era una opresión y un calor indescriptibles.

- Ahh Ginito, Ahhhhh!. Parecía que quería llorar mi hermosa leoncita.

Se lo fui metiendo despacito y una vez todo dentro, fui acelerando el ritmo.

- Pasa tu pierna por encima de la mía. Ginito, sin salirte. Creí que no lo podría hacer, pero lo logré.

Me agaché para besarle su espalda y acariciar sus senos. Después jale sus brazos contra mí para hacer una mejor palanca de balanceo.

Era riquísimo. Creí que me iba a decir que no me recargara, pero no me dijo nada.

- Dame fuerte Ginito. Soy tu leoncita. Dame toda tu lechita en el culito. Ohhh!

El oírla gemir y pujar me hizo sentir muy caliente, y le di más fuerte.

Empecé a sentir el temblor en la entrepierna, vi cómo entraba y salía mi amiguito, oí el golpeteo de las caderas de Alyona. Lo único que me quedó muy grabado fue el llanto de placer de Alyona y...

Me vine deliciosamente.

Sentí como si me acabara de caer de la bicicleta o de la cama y esa sacudida me fascinó.

Me sentí satisfecho, muy agitado y con la presión baja. Sentía que me desmallaba.

Fue una gran emoción!!

- Así bebé, poquito a poco sácamela. No podía sacarla! Era una succión tremenda. Afortunadamente me pude liberar.

Me sentía súper cansado. Fue muy rico terminar. Me incorporé para tirar el condón y Alyona me seguía dando besos muy apasionados.

- Tranquilo Bebe. Te ves pálido.

Fui al baño para limpiarme un poco los fluidos y el sudor. Ella también hizo lo mismo.

Nos servimos un poco mas de Baileys y nos acostamos en la cama a platicar un rato.

Me habló de sus sesiones de fotos, que su lap se había descompuesto, del problema de llegar a Tlalpan por la noche; el proyecto de su nueva sesión de fotos, por qué me puse ese nick, en que trabajaba y estudiaba yo, por donde vivía…

Es una mujer muy agradable. Me encantaron sus ojitos Mhmm. Era todo un sueño estar junto a ella.