Tocas un tema relevante. Por evitar esa culpa me he privado de encuentros con SS y al decir esto siento una extraña mezcla de frustración y muy poco orgullo. Soy muy lujurioso y la pornografía me ha servido como alivio. por otro lado está mi matrimonio, que no va bien y donde las relaciones íntimas están en su grado más bajo. Una parte mía me recomienda solicitar la compañía de una SS para saciar todo ese anhelo largamente reprimido, pero cuando pienso en que no manejaré con destreza el secreto y en que puedo elegir alguna de las dos erróneas opciones (portarme más distante o más indulgente), prefiero entonces seguir torciéndole el cuello al cisne.

Un amigo me dijo hace poco que en su primer matrimonio se mantuvo fiel, pero era tanta sus insatisfacción que literalmente le hizo pagar muy caro a su esposa esa condición (malhumor, responsabilizarla de innumerables asuntos, etcétera). Como conclusión, recomendó la levedad y la discreción. A mí, lego en la materia, me parecen ejercicios muy avanzados y no estoy convencido de salir airoso.

Sé que muchos recomiendan cinismo y no han tenido problemas, mas imagino que aún los hoy muy diestros tuvieron la terrible sensación de sentirse arrinconados y que por un rato de sabroso ayuntamiento carnal la cotidianidad los pone contra la espada.

Me gustaría conocer opiniones de otros usuarios y de la muy certera amazona Afrodita (mi sueño húmedo número uno).

Saludos.