Aquí cada quien muestra y presume sus gustos y sus perversiones (y qué en todos los casos siempre son muy respetables)
pero la señorita del vestido color de rosa, francamente tiene una pinta de [p]uto shemal, qué sinceramente se necesita ser un pervertido al que le guste la carroña, para considerar que ese esperpento es una belleza (y por favor, antes de responderme con insultos, sólo véanle de nueva cuenta la carita y las tetas de silicón y después hablamos)
Ahora qué por otra parte, y dejando de lado el plan de críticos de estética visual, y una vez que hemos decidido que el portafolio fotográfico es obviamente de muy mal gusto (y de nula calidad), pues estarán de acuerdo conmigo en que: les aseguro que todos nosotros alguna vez hemos toreado en peores plazas, jajajaja... (Incluso la carita de shemal me da cierto morbo, pero repito: de ahí a decir que es una belleza, hay un trecho bien largo)
Y francamente: yo sí me la fornicaba, pero que conste que yo me cepillo cualquier cosa que se me ponga enfrente y me pida un precio...
¡Salute ab imo pectore!