Te veo entrar por esa puerta, radiante, hermosa con tu cabello suelto, ese vestido negro que enmarca tu delicada figura. Yo me aproximo a ti y te abrazo pegando todo mi cuerpo al tuyo, percibo el olor de tu pelo que me hace cosquillas en mi cara y al mismo tiempo tus senos en mi pecho, eso se ha vuelto una sensación ultra placentera pues sentirte así tan cerca, respirar tu olor y sentir como tus brazos rodean mi cuello y al igual que yo acaricias mi espalda, te beso en la boca y siento tus labios suaves y dispuestos a corresponder con lo que más bien parece una caricia de boca a boca, nuestras lenguas juegan su propio juego erótico tocándose, acariciándose, humedeciéndose mutuamente. Es un inicio más romántico que alocado, pero es el comienzo de una cantidad increíble de sensaciones que llenan nuestros cuerpos y nuestros sentidos, olerte, sentirte, probarte, oírte, verte. Son los cinco sentidos que juntos no suman sino que multiplican las sensaciones. No tenemos prisa en hacernos el amor pues sabemos que lo que tenemos es tiempo y el espacio para gozar, no importa si es uno o dos estamos solos libres y dispuestos, muchas veces basta una sola penetrada para satisfacerme por completo pero bien hecho sin prisas sin pensar en un record solo en el deseo que me produce tu cuerpo, tu rostro, tu olor de mujer.

Nuestro besos se vuelven bruscos y desesperados, mis manos ya recorren tu espalda desde la cabeza hasta tu culo, me pego a ti para que tu conchita sienta la dureza de mi palo que ya se dibuja sobre el pantalón, nos apretamos queriéndonos hacer uno solo. Tengo a mi disposición tus pechos, los cuales saco de tu vestido bajándolo hasta tu cintura, ahí están suaves y duros a la vez, con sus pezones reflejando la dureza de tu excitación, de inmediato los tomo con mis manos, ambos al mismo tiempo pues no quiero que se sientan conmigo y los acaricio con toda mi mano, tu solo miras, tu cara que me excita y me hace acercar mi cara a ellos e iniciar una chupada pues quiero que estén tan húmedo como presiento tu conchita, chupo tus pezones uno a la vez no dejándolos descansar pues cuando chupo uno, al otro lo masajeo con mi mano y especialmente mojando mis dedos y tomando el pezón con ellos y apretándolo con delicadeza, me gustan tus senos y lo sabes y lo disfrutas

Mientras tanto tu ya has llevado tus manos al frente mío y acaricias mi palo duro por sobre el pantalón, lo recorres dibujándolo en la ropa y apretándolo. Yo al sentir esto, bajo una de mis manos y acaricio tus muslos que se sientes duros y fríos, esto porque toda tu calentura se concentra en la conchita, aprovechando que estas sentada con tus piernas abiertas recorro tus piernas desde los pies hasta casi tocarte tu concha, me gusta recorrerte las piernas pues las siento vigorosas, duras y frescas. Tu me dices al oído - mi buceta esta molhada, te quiere ahí- y como yo no puedo decepcionar a tu conchita, llevo mi mano ahí para descubrir que no solo esta húmeda, esta empapada de jugos que recojo con mis dedo para después llevarme estos a la boca y probarlos, repito la operación de sobarte la conchita, me dices - queru foder, yo que deseo complacerte te doy la vuelta, recargas tus manos en la cama y te inclinas dándome el espectáculo de tu culo al aire pues tu vestido no cubre prácticamente nada, me acerco a ti no sin antes poner un preservativo, te ensarto de un solo empujón, hasta que los huevos chocan con tus nalgas, la sensación es tan intensa que me quedo quieto un momento sintiendo como tu vagina atrapa a mi palo, lo aprieta todo al mismo tiempo, lo saco muy lentamente hasta casi estar fuera y lo vuelvo a meter lentamente, esto nos desquicia pues ambos queremos coger durísimo. Mis manos buscan, una tus senos y las otra tu clítoris pues quiero hacerte sentir por todos lados, tu te apoyas en la cama con mas fuerza y aguantas los embates de mi palo sobre tu concha moviéndote en círculos y hacia los lados para incrementar las sensaciones de tu vagina con mi palo, aprietas mi pene con tu vagina haciéndome sentir a todo lo largo y ancho de mi pene la piel interna de tu concha, es un guante que ajusta mi palo completamente y lo hace gozar al máximo. Estamos gozando como nunca, me dices agitadamente -- todooo... dame todooo... asssiiii... - mientras yo -- ricooo.... que rico estas mamita... siéntelo... sientelooo.. Siente como tienes mi palo.... va a explotarrr... dentro de tíiii... -- siento como mi semen empieza a subir desde el fondo de mis huevos, como va recorriendo el camino tan conocido por mi, te digo --- me voy a venir.... no aguanto mass... -- y tu --- dámelo.. dámelo todoooo... en i... aaahhhhh!!!!... aaahhhhhh!!!... uuuuhhh!!!... sssiiiiiii!!!! -- y nos inunda un orgasmo conjunto que nos hace movernos desesperadamente de lo intenso, mi palo entra y sale mientras que concha late al ritmo de tu orgasmo haciéndome ver estrellas pues aprietan mi palo de una manera que no puedo describir de tan intensa. Este orgasmo dura una eternidad y nos apretamos lo que podemos de la desesperación que sentimos.

Quedas recostada sobre la cama y yo recostado sobre tu espalda, deseamos que el tiempo se detenga y ese nivel de placer que nos hicimos sentir se quede ahí para toda la vida, no solo estas muy cerca de mi, te siento muy cerca de mi y eso me gusta. Poco a poco retomamos el ritmo de nuestra respiración y me levanto sacando mi palo. Me siento en la orilla de la cama te jalo hacia mi pues deseo abrazarte, nos quedamos así muy juntos sintiendo nuestra respiración y nuestro cuerpos y contentos de habernos dado tantas sensaciones el uno al otro. Fuiste mi fantasía hecha realidad.

Esta fue mi encuentro con una hermosa Brasileira llamada Giselle. Espero no les resulte demasiado largo de leer, la verdad me invadieron sentimientos diversos cuando lo estuve escribiendo. Giselle espero te guste, pues la escribí reviviendo el momento y muy especialmente para ti.