Estaba a punto de recibir mi obsequio. 3-3.

Sin descansar, ella se incorporó y se puso de perrito.

Me coloqué detrás de ella y me exigió:
Me penetras duro, duro, ok>

Mi amiguito estaba babeando por dentro. Me quedé parado junto a la cama. No me importó sentir el frio del piso y procedí a penetrarla fuertemente.

El sudor comenzaba a hacerse presente. Era un placer ver cómo mi pene entraba y salía entre ese par de amadas nalgas. Ella se inclinó más y pude ver su anito apretadito. Como ella no usa ese orifico para el amor, sólo pude contentarme acariciando su lindo y cerradito ojetito. Le lancé una mirada como diciendo: Tranquilo, algún día serás mío.

Me acerqué más a ella para besarle la espalda. Alcancé su cuello y lo chupé mientras con una mano le acariciaba una teta y con la otra le masajeaba el clítoris. Ella estaba sensible y me volteaba a ver. Me dijo: Allí, sigue frotando y métemela duro.

Le hice más fuerte la frotadita y volteé abajo para admirar cómo le encajaba mi herramienta. Se metía como cuchillo en mantequilla. Mhmm!!

Las piernas me comenzaron a temblar y entonces, ella me sugirió otra pose.
La acosté boca arriba, la jalé a la orilla de la cama, le alcé las piernas y me la ensarté patitas al hombro. Mhmm. Exquisito!!

Allí tomé aliento y le di otra vez durito. Le lamía las pantorrillas y le besaba sus zapatillas. Ella estaba con los ojitos bien cerrados. Flexioné sus piernas hacia su vientre para poder mamarle las tetitas y hacerle más daño.

Pude llegar a sus oídos y le susurraba:
- Te extrañé tanto todo este tiempo.

Ella no podía hablar. Me recargue más a su vientre y… Se volteó de lado y paró la rica ensartada.

Se repuso en instantes y me pidió que la penetrara por detrás, esta vez ella inclinada.

En verdad que ya estaba muy cansado. Hice lo que pude. Ya quería venirme, pero no podía. Ella me decía con voz ronquita: Ya vente, ya, ya…

Le di unas nalgaditas para ver si su reacción podía prenderme y venirme de lo lindo, pero no.

Entonces le pedí que me agitara el amiguito para terminar.
Ella se sentó en la orilla de la cama, agarró mi miembro y lo empezó a bombear.

Le decía: Ya termíname, ya sácame todo…

Lamentablemente no lo hacía como debía. Tuve que ayudarle con mi mano, mientras ella me mordía los labios.

Estaba a punto de venirme y le dije: Devóralo tú!!

Me temblaban las piernas y no eyaculaba. No podía dejar adentro todo ese veneno tan bien batido.

Seguí besándola alocadamente y entonces le pedí que me dejara eguir bombeando. Cerré mis ojos, la abracé, dejé que me mordiera salvajemente los labios, tallé mi glande contra su rajita y allí…

Me vine de lo más rico!!!!

Wooow. Me puse a gritar como loco!! Jaja. Fue delicioso!!! Estaba a punto de caerme. Las piernas no me respondían. Ella me besó debajo del ombligo y aun seguí sintiendo micro orgasmos.

Como pude me quité la goma. Le enseñé la gran cantidad de crema que me sacó y ella respondió con una risita lujuriosa: Mhmm, sólo le falta una buena rosca. Jajaja.

Me pidió que me acostará un rato para relajarme, pero la verdad, como tenía que regresar al trabajo de comer, como pude me vestí y le alabé su ego diciendo:

-Te mojas bien rico.

Ella respondió:
- Contigo nunca he necesitado lubricante.

Ese comentario me elevó por las nubes. Estaba empapado de sudor y con gran cansancio, pero me llevaba la satisfacción que se había acordado de nuestros anteriores encuentros con ese comentario.

Me esperó a vestirme, me despedí de ella. En ningún momento me apresuró. Nadie le avisó del tiempo. Contabilicé casi 40 minutos. Tiempo invertido de lo más intenso por sólo: 300 pesitos.

No podía bajar de las escaleras. Sentía mucho calor y mi frente estaba húmeda. Le pedí permiso de entrar al baño para asearme y peinarme un poco. Salí y ella estaba en la salita.
Ella me acompañó a la puerta, nos despedimos. Me dijo que teníamos que echarnos esa botellita de Torres. Comenté que sería pronto. El Don me llevó a la puerta de la calle y me fui.

Noté que mucha gente iba con sus chamarras y les salía vaporcito al hablar. Sin embargo, ante tal frio, yo sentía un calor descomunal. Sentía ganas de quitarme el suéter, pero sabía que si lo hacía podría enfermarme de verdad.
Fue un rico brinco para mí miembro, pero un gran encuentro para mi corazón.

Fin de la historia.

Pues ya lo saben, arancel 200 la media hora. 300 con extras.
Las instalaciones están regulares. No están feas, pero si muy chicas.

La recamara que me tocó esta aseada. Mi reinita siempre cuida su área de trabajo.

La verdad, como dicen algunos, esta preciosa no será guapa, pero de verdad que es de los mejores servicios.

Las otras chicas están de 7.5, tienen buena silueta, pero un tanto X (Tienen una belleza parcial).

El teléfono del lugar es: 56715529.

La dirección allí la preguntan. Pero es por Coapa.

Honestamente quizá no encuentren nada de su gusto, yo solo fui por mi princesa sexual.

No trato de hacer promoción al lugar, porque viendo en otros sitios, tiene banners por doquier.
Saludos!!